Alfa Romeo hizó el anuncio de que regresará la «fuoriserie» (fabricación a “la carta”) 33 Stradale, un verdadero arte de la marca italiana -ahora y en el futuro- en términos de estilo y experiencia de conducción. Bajo un proceso artesanal, se fabricarán solamente 33 unidades exclusivas, del nuevo cupé «biplaza» que combina la herencia y el futuro de la firma como símbolo de la noble deportividad italiana.
Para hacer realidad un sueño, el ingrediente esencial es una buena dosis de coraje y algo de locura sana. Esta fue la misma receta del auto considerado por muchos como uno de los más bellos de la historia: el 33 Stradale, lanzado en 1967. Hoy, con la misma visión, el equipo Alfa Romeo ha diseñado y desarrollado el nuevo 33 Stradale, una auténtica obra de arte en movimiento, fruto de la perfecta combinación de belleza y tecnología. Su objetivo es proporcionar la experiencia de conducción más emocionante y el encanto inmortal de un icono, a un círculo muy reducido de clientes entusiastas, que han creído en el proyecto desde el principio.
El nuevo 33 Stradale fue creado en la recién fundada «Bottega» Alfa Romeo, donde los diseñadores, ingenieros e historiadores de la firma, primero escucharon a los posibles compradores y luego produjeron el auto juntos, exactamente igual que en las boutiques artesanales del Renacimiento y en los talleres de los años 60 de renombrados carroceros italianos.
«Con el nuevo 33 Stradale, queríamos crear algo que estuviera a la altura de nuestro pasado, que sirviera a la marca y que enorgulleciera a la afición de Alfistas. Un resultado así sólo podía lograrse gracias a la experiencia, el trabajo y la pasión de nuestro equipo, con el apoyo de una dirección que tiene la clara ambición de contribuir a escribir los capítulos del futuro de la marca, respetando plenamente su historia única. Este es el primer auto «fuoriserie» (fabricado a medida) de la marca desde 1969, y prometo que no será el último», expresó Jean-Philippe Imparato, CEO de la marca Alfa Romeo.
El nuevo 33 Stradale se inspira en el histórico modelo de 1967, enriqueciendo su belleza escultural con ciertos detalles de diseño del nuevo lenguaje de estilo de Alfa Romeo. El exterior presenta un equilibrio perfecto entre proporciones, volúmenes y tratamiento de las superficies, y se convierte en el epítome de la «belleza necesaria» de Alfa Romeo. El frontal se destacan el icónico escudo y las formas complejas de las luces con base elíptica. Cuenta con sus puertas de apertura en «élitros» y dos grandes entradas de aire laterales. La carrocería se proyecta hacia delante, con superficies modeladas según los criterios típicos de la expresión formal de Alfa Romeo. Además, gracias a la apertura angular de las puertas y al gran techo solar envolvente, el conductor puede disfrutar de una vista única, muy similar a la de la cabina de un avión. La imagen de conjunto que ofrece la apertura del bonete y de las puertas realza el aspecto teatral del vehículo.
La parte trasera se equilibra con el sinuoso frontal y la altura máxima no está a la altura del parabrisas, como en cualquier otro deportivo, sino en medio del techo. En particular, la zona trasera expresa la fuerza del auto gracias a la trasera truncada, un gráfico en forma de V y las luces traseras redondos. La eficacia aerodinámica queda confirmada por un Cx de 0.375 a cero Cz (downlift) -para una elección precisa sin ayuda de sistemas activos.
En el habitáculo se distinguen por el minimalismo del diseño y los materiales, todos ellos concebidos para lograr la mayor implicación posible en la experiencia de conducción. En particular, el interior se diseñó con el propósito de reducir al mínimo los componentes que pudieran distraer al conductor, como se aprecia en el número limitado de mandos para utilizar durante la conducción y que se encuentran en la consola central. Justo delante del conductor posee una pantalla, cuyo diseño «telescópico» en 3D involucra al conductor en una interacción inédita. El volante, desprovisto de todos sus botones habituales, ofrece la experiencia del puro placer de conducir. Como en la cabina de un avión, los mandos están situados a distintos niveles, en la parte baja de la consola central y en un plano superior, instalados en el revestimiento central del interior del techo. Los interiores están disponibles en dos niveles de acabado: «Tributo» y «Alfa Corse». El tablero y el túnel central, inspirados en la aviación, emplean materiales tales como aluminio, fibra de carbono, cuero y Alcántara. Los asientos envolventes reinterpretan los de su precursor, garantizando confort y ergonomía. Cada detalle está diseñado para crear un entorno exclusivo y atractivo, manteniendo la herencia estética y técnica del 33 Stradale de 1967.
El equipo Alfa Romeo tiene como el objetivo de ofrecer una experiencia de conducción como la de un vehículo en pista, pero en un modelo apto para el uso diario en carretera, sin renunciar al confort y a la seguridad de utilización, incluso en el día a día. Por lo tanto, el nuevo 33 Stradale cuenta con lo mejor de la ingeniería Alfa Romeo, como se ve en la suspensión de doble brazo con amortiguadores activos, y en la evolución del motor 2.9 V6.
La nueva edición especial de Alfa Romeo puede llevar un motor V6 biturbo de más de 620cv o una configuración BEV con 3 motores eléctricos de más de 750cv. La velocidad máxima es de 333km/h y acelera de 0 a 100km/h en menos de 3 segundos. La suspensión de doble brazo con amortiguadores activos y el eje delantero elevable, garantizan la maniobrabilidad y el confort. El sistema de frenado Alfa Romeo Brake-By-Wire y los frenos cerámicos de carbono Brembo ofrecen prestaciones de alto nivel.
El bastidor en H ha sido fabricado en aluminio y el monocasco de fibra de carbono para garantizar rigidez y ligereza. Para garantizar una gran rigidez y seguridad, se ha diseñado una estructura del techo en fibra de carbono y aluminio, con puertas como alas de mariposa. Los marcos de las ventanillas también son de fibra de carbono, con la luneta trasera de policarbonato.
La puesta a punto del vehículo contará con el apoyo del piloto de F1 Valtteri Bottas en la legendaria pista de Balocco, llevando así la experiencia de la F1 a la conducción diaria y garantizando la inconfundible manejabilidad de Alfa Romeo.
El 33 Stradale de 1967 esta basado directamente del Tipo 33, el rey del automovilismo mundial de la época. El Proyecto 33 marcó el regreso de Alfa Romeo a las carreras, dirigido por el entonces presidente de la marca Giuseppe Eugenio Luraghi y por Carlo Chiti de Autodelta, el recién creado departamento de carreras. Para su debut se eligió la cronometrada de Fléron, cerca de Lieja. El piloto era el jefe de pruebas de Autodelta, Teodoro Zeccoli. El 12 de marzo de 1967, el 33 entró en el mundo de la competición. Y logró una victoria inmediata, la primera de una larga serie de éxitos en los circuitos más prestigiosos que le llevarían al techo del mundo, con victorias en el Campeonato de Marcas en 1975 y ‘77. Alfa Romeo ha decidido construir el 33 en una edición muy limitada para particulares, como un auto «fuoriserie» (hecho a medida) que combinaba las prestaciones del Tipo 33 de carreras con el confort y la facilidad de conducción adecuados para el uso diario.
El diseño fue encargado a Franco Scaglione, que puso toda su experiencia técnica y audacia creativa en el diseño del 33 Stradale, dando como resultado una obra maestra en la que la innovación en el estilo se mezcla con la búsqueda de la aerodinámica y la funcionalidad. Entre 1967 y 1969, sólo se fabricaron 18 ejemplares, uno de los cuales se conserva hoy en el Museo de Arese, lo que lo convierte en una pieza única y muy codiciada por los coleccionistas. Seis de estos chasis sirvieron como base para fabricar prototipos que anticiparon dos décadas de diseño automovilístico: el Carabo (1968), el P33 Roadster GS (1968), el 33/2 Coupé Speciale (1969), el Cuneo (1971), la Iguana (1969) y el Navajo (1976). En resumen, el 33 Stradale es un modelo legendario que ha marcado no sólo la historia de Alfa Romeo, sino también la del diseño italiano.