Porsche lleva un prototipo híbrido LMDh en busca de la victoria en las 24 Horas de Le Mans y de esta forma ampliar su leyenda. Esta reglamentación técnica es uno de los posibles caminos para construir un vehículo con opciones de ganar, y para Porsche era ideal por distintos motivos.
Las carreras de resistencia y las 24 Horas de Le Mans se adentran en una nueva era dorada para la competición, donde varios de los fabricantes más importantes del mundo buscan ganar. Una de las claves del éxito de participación es la creación de la categoría LMDh (Le Mans Daytona Hybrid), lo que representa un reto para los certámenes de resistencia de referencia, pues permite utilizar el mismo tipo de auto tanto en el Campeonato del Mundo de Resistencia WEC como en el campeonato IMSA WeatherTech norteamericano. La LMDh es una homologación para los prototipo sport que se utilizan en la clase Hypercar de ambos certámenes, y que es una alternativa a la categoría Le Mans Hypercar (LMH) del WEC.
El Porsche 963 es un LMDh diseñado para competir en la clase Hypercar. Este prototipo híbrido lleva en sus genes el potente ADN del Porsche RS Spyder y del 918 Spyder. Para la puesta en marcha del equipo, Porsche se ha asociado con Penske Motorsport, mientras que para el desarrollo del prototipo ha elegido a la empresa canadiense Multimatic, con quien la empresa ya tenía relación en otros proyectos.
“En términos de carga aerodinámica y tiempos por vuelta, un Hypercar debe permanecer dentro de un rango definido. Esta es la única forma en la que la organización puede igualar las prestaciones de los vehículos de distintos fabricantes regidos por el Balance of Performance (BoP)”, comentó Christian Eifrig, director tecnológico del Proyecto Porsche 963. Este sistema garantiza unas carreras emocionantes e igualadas.
Gracias al ajuste de factores como el peso mínimo, las revoluciones por minuto máximas o la energía disponible en cada relevo, es posible conseguir que los vehículos sean equivalentes en términos de rendimiento.
El Porsche 963 es el resultado de meses de trabajo de desarrollo. Fue presentado en el Festival de Goodwood de 2022, y su debut en competición se produjo en otra prueba icónica, las 24 Horas de Daytona, después de completar 30,000 kilómetros de test.
Las normas especifican que el sistema híbrido y la transmisión deben estar hechos a partir de componentes de fabricación en serie que permitan ahorrar costos. Las limitaciones fundamentales tienen que ver con la potencia máxima, que no puede sobrepasar los 707 CV (520 kW), y con el peso mínimo del motor, que queda establecido en 180 kilogramos, elementos periféricos incluidos.
Stefan Moser, ingeniero jefe del sistema de propulsión del 963, optó junto con su equipo de 18 miembros, por emplear como base el motor de 4.6 litros del Porsche 918 Spyder. Este potente V8 lleva el automovilismo deportivo en los genes: la posición baja del cigüeñal resulta ideal para conseguir un centro de gravedad óptimo y la lubricación por cárter seco estaba pensada para altas aceleraciones transversales. Es un propulsor con una elevada fiabilidad que, además, permite situar de manera óptima los puntos de anclaje para la suspensión y la transmisión.
Al motor se le han incorporado dos turbocompresores del fabricante holandés Van der Lee, que aumentan la presión atmosférica solo 0.3 bares. Estos dos elementos de sobrealimentación están montados en la parte caliente, es decir, en el interior de la V a 90 grados que forman las dos bancadas de cilindros. Convertirlo en un motor turboalimentado fue fácil: alrededor del 80 % de los componentes empleados provienen del 918. Por otra parte, Porsche ya había diseñado el V8 para que funcionara con un sistema híbrido en el 918 Spyder, lo que supuso una ventaja adicional.