Cuando dos súper mákinas se encuentran en el camino la impresión de verlas juntas paraliza la pista. Hablamos del e-tron quattro Audi R18, uno de los autos de carreras más avanzados del planeta y el no menos abrumante avión de caza Eurofighter Typhoon.
El Audi 818 está privilegiado con un sistema de propulsión diesel eléctrico híbrido en las cuatro ruedas motrices y probablemente con más potencia que toda la gama Audi combinada, ganando las 24 Horas de Le Mans tres veces y reivindicando por derecho propio dos Campeonatos del Mundo de Resistencia.
Por su parte, el feroz Eurofighter Typhoon está dotado de motores Eurojet EJ200, capaz de generar 40,460 libras de empuje con los post-quemadores encendidos, y más potencia de cálculo que el transbordador espacial en sus años de gloria, con una pasmosa velocidad máxima de Mach 2 (1,550 millas por hora), entregando ocho toneladas de alta armamento.
En afable cofradía, las dos gemas de la velocidad exhibieron sus dotes a base de comparativos. En representación de Audi quien estrechó las manos del piloto de pruebas Geri Krahenbühl, fue el tres veces ganador de Le Mans Andre Lotterer.
Krahenbühl y Lotterer comparan sus respectivos “vehículos”, después de probar la cabina del uno y del otro. «Yo estaba un poco sorprendido por lo poco que se puede ver a través de la cabina del Audi,» Krahenbühl, que comenzó su carrera hace 30 años en la Fuerza Aérea Suiza y pasó un tiempo en el Test Pilot School Naval en Maryland, dijo del R18. «Es una nave de embeleso al infinito”.
«La principal diferencia por lo que pude ver,» dijo Krahenbühl ,»es que la aerodinámica de un auto de carreras está totalmente centrada en asegurar que no se despegue del suelo, mientras que en vuelo queremos aterrizar lo más rápido posible».
El Eurofighter acelera a Mach 1,3 a 36,000 pies, más o menos verticalmente en 90 segundos.
Lotterer, que también tiene campeonatos en la Fórmula Nippon, Super GT (dos veces) y en el prestigio en la WEC, dijo: «Obviamente, la gran extensión de los instrumentos y las posibilidades son fascinantes. Difícilmente se puede comparar un auto, que se mueve en dos dimensiones, con un avión que se mueve en tres dimensiones».