Sacando $36.2 millones de dólares de su bolsillo para esta subasta histórica, usted se habría hecho dueño del auto más caro del mundo, un ejemplar de Ferrari, el 335 Scaglietti S Spyder, uno de los únicos cuatro que se construyeron.
En 1957, esta mákina se convirtió en la primera en alcanzar los 124 mph en Le Mans, capaz de subir la aguja del velocímetro hasta los 186 mph, una velocidad asombrosa para la época. De modo que se trata de una leyenda sobre ruedas, con 60 años de edad pero cotizándose hoy en día como mega-diva de Hollywood.
De esta forma, cuando el martillo del “quien da más” golpeó por última vez, en la casa Artcurial en París, la súper cifra de los US$36.2 millones se había alcanzado, superando las estimaciones previas sobre el precio a lograr, donde los expertos sugirieron que se vendería, cuando más, a sólo US$31 millones. Pero que va… las especulaciones se fueron a pique.
Esta mákina no es legal en las calles, ya que fue concebida para furibundamente reptar en las pistas, en la que una vez fuera la edad de oro del automovilismo internacional, pero al comprador que pagó tan jugosa suma ese detallito no le importó para nada.