El tradicional y casi inamovible logotipo de Cadillac cede el paso de la modernidad entregando sus laureles a las vitrinas del recuerdo. Un logo tipo que de por sí nació algo complicado, y aunque ha sido la identidad tradicional de la marca, ahora le han dado un acertado baño de simpleza.
La historia del emblema de Cadillac se remonta al descubridor de Detroit, Antoine De La Mothe, un europeo de sangre azul que tenía este escudo de armas destacando su origen noble envuelto en laureles. El nuevo logo sigue aludiendo al blasón, pero ahora es un motivo geométrico con cuadros de colores bañados por un matiz dorado y una protuberancia superior que evoca la antigua roseta… sin laureles. Además, aparece más prominente para sugerir fortaleza. El rediseño subraya dinamismo, actualidad y vanguardismo.
Por años, Cadillac trabajó para asociar su emblema con lo mejor que podía producir la industria automotriz americana y era un símbolo de progreso, de avance social y económico, pero se quedó para un público de edad avanzada y la marca envejecía. La nueva identidad ahora se muestra más innovadora respondiendo a la tecnología y minimalismo de la marca Premium americana.