Si el portafolio SUV mediano es enorme y las decisiones de compra necesariamente pendulan entre lo emotivo y lo racional, la Trailblazer hace su labor con encomiables equipamiento, del que no falta sensores colisión delantera y trasera, alerta cambio de carril y punto ciego, encendido a distancia, así como ‘Asistencia en Subida de Pendiente’ (HSA) y ‘Control en Descenso de Pendiente’ (HDC).
La nueva Chevrolet Trailbrazer conjuga un porte atlético vivaz, que partiendo desde su cruz dorada organiza su frontal con trazados veloces, en caligrafía LED de visión diurna para sus ópticas y alto styling aplicado a su parrilla de actitud enérgica y a la esbelta región inferior, con halógenos apostados en nichos elegantes. Contornos atractivos complementan su robusto frente muscular, en una mákina que sugiere ligereza y poder a partes iguales. Las curvaturas laterales inferiores, armonizadas con las que contornan a sus cristales, más el golpe de los estribos de techo, sellan su tono ágil. Tinta adicional merecen dos atributos: sus amplios pasos de rueda que suman carácter, así como el cristal posterior que gira hacia la región trasera, sumando velocidad. Aquí las entonaciones de fortaleza se acentúan con luces en fornido rectángulo, que aportan parte de la carga de confianza que la Trailbrazer despide sobre el camino.
El gran espacio maximiza la versatilidad Trailbraizer. Su capacidad para 7 personas en 3 filas de asientos, ofrece el sistema SmartSlide que facilita el acceso a las plazas traseras, cuyas pieles aportan merecida autoestima a los viajeros. Igualmente notable es su capacidad de carga, con asientos traseros abatibles.
En pleno coraje y disposición todoterreno, la nueva Chevrolet Trailbrazer se manifiesta en cualquier ruta con su motor +++ diésel +++ VGT de 2.5 litros de 180 caballos de fuerza y 440 Nm de torque, en arreglo a su transmisión de 6 velocidades.
En la movilidad de la Trailbrazer es destacable su motor, que suma confort a la conducción, dado una la ‘gentileza’ de su suspensión, una afable ambiente interior y el tono silente de su naturaleza diésel, características propias de un sedán.
La Trailbrazer hace brillar a la cruz dorada, saliendo airosa es la variedad de condiciones a la que la expusimos: terrenos secos, mojados, pedregosos, lodosos o polvorientos. Con el volante en mano, disfrutamos una agradable experiencia por su excelente tracción y agarre, dando positivo a diversas sensaciones de manejo, con mayor confianza, control y comodidad.
Como fruto destacado de la cruz dorada, la nueva Trailbrazer exhibe su donaire y elegante agilidad con todo el espíritu Chevrolet, llevando a sus ocupantes seguros, cómodos y conectados. Son muchos los desafíos, oportunidades y aportes que ejecuta el consorcio americano dentro de una cambiante industria, comprometida con la eficiencia, en medio de un ambiente de alta competencia donde la marca sabe imponer condiciones en nuestro mercado con casi un siglo de tradición e innovaciones.