En esta edición, el Jeep Club nos lleva a un recorrido a través de las montañas de la región norte. La ruta de hoy es un trayecto impresionante, por los paisajes que nos expone, la exuberante vegetación a cada lado del trayecto y claro está que a mi entender el mejor clima que existe en nuestro país, se encuentra en esta región.
Comenzamos en dirección a la zona norte, transitando por la Autopista Duarte, con destino a Jarabacoa, hacemos nuestra primera parada oficial en la Ciénaga, donde muchos comienzan su aventura para el ascenso al Pico Duarte. Nos parqueamos todos un momento, para disfrutar la temperatura, la cual estaba en unos 24 grados Celsius. Nos agrupamos todos y repetimos los reglamentos de manejo en rutas ecológicas, así como vamos estableciendo el orden de los vehículos en la caravana.
Luego de unos cuantos breves metros se pierde el pavimento y comienza la diversión del día. Comienza ya a borrarse toda señal de civilización y de repente ya nos encontramos en pleno ascenso entre las montañas. En estas vamos apreciando los derrumbes y vamos de lado a lado jugando con las zanjas que se han venido creando gracias al paso del agua a través de estas pendientes, el día está medio nublado, por lo que promete que quizás tengamos diversión.
El camino empieza a cambiar de color, en unos momentos es un amarillo claro, típico de que el suelo debajo de nosotros es de caliche y en otros momentos es un rojo intenso, siendo un lodo muy resbaloso en caso de que nos caigan dos gotitas de agua. Esto es una muestra de que nos encontramos inmersos en medio de la Cordillera Central, justamente en el Parque Nacional Armando Bermúdez, con una vegetación exuberante en pinos.
Dentro de este trayecto, los pilotos tuvieron que demostrar su agilidad, esquivando rocas, subiendo por terreno blando, pasar entre rocas y precipicios justo al lado de nosotros, en fin, mucha diversión y la vista que se encontraba frente a nosotros es única, no importa que tanta lucha, cuánto habíamos tenido que manejar y cualquier obstáculo a sobrepasar, esto lo valía.
Luego de unos cuantos kilómetros en este camino llegamos a un punto que parece un lugar de descanso para turistas, es en este punto donde vemos los letreros de las Piedras Letreadas, que es pictografía Taina, muy parecida a las encontradas en Las Caritas.
Es tiempo de continuar, nos montamos todos y giramos a mano derecha donde observamos que van las flechas para llegar a las Piedras Letreadas, después de andar entre montañas, muchos giros, sobrepasando rocas y un camino muy angosto, básicamente caben solo nuestros Jeeps y en algunos momentos, las ramas se nos pegan en ambos lados, esto es un indicio de que no pasa mucha gente por estos lados, claro está que estos son los caminos que nos gustan.
Luego de unos cuantos minutos en esto, justo delante de nosotros estaba el punto donde teníamos que desmontarnos de nuestros Jeeps y hacer un pequeño descenso a pie, para llegar a donde se encontraba la Piedra Letreada. En este momento todas las personas que nos acompañaban ese día, pudieron apreciar esta gran seña que nos dejaron los Taínos, para que supiéramos que por estos lados andaban ellos.
Es hora también de compartir entre amigos y de que todos compartamos nuestro almuerzo. Las conversaciones y risas entre amigos es uno de los puntos que también la gente espera durante el día.
Después de un tiempo, ya solo nos queda recoger y volver a tomar el mismo camino por el que vinimos, para continuar nuestro camino que nos llevará entre las montañas y nos pondrá justo al norte de Constanza. Ya de aquí en adelante el camino comienza a estar en mejores condiciones, evidenciando que estamos ya muy cerca de la civilización y que ya nuestra ruta está llegando a su final.