Todos los días el deporte del “off road” está consiguiendo más entusiastas. Nos damos cuenta cada vez que realizamos una ruta con el Jeep Club República Dominicana, siempre nos encontramos caras nuevas y personas que junto a sus familiares y amigos quieren ser parte de este deporte, quieren ser parte de la aventura y conocer las bellezas que ofrece nuestro país.
Muchos dicen que ya todas las rutas están trazadas, pero la verdad es que cada día se van abriendo más y muchas de las rutas existentes las convierten en carreteras, quitandoles un poco el atractivo de transitarlas, por lo menos para nosotros los entusiastas del off road. Es por esto que hoy tomamos una de esas curvas que siempre nos llamó la atención mientras la ruta desde Santo Domingo a Rancho Arriba, por Piedra Blanca – Juan Adrian – Rancho Arriba. Solo se veía una subida de arcilla roja, que si le caen dos gotas de agua se pone ‘interesante’. En esta ocasión, nos propusimos ver cómo esta conectaba a Rancho Arriba.
No crean que fue “Solo vamos a ver a dónde nos lleva”. No! Primero la identificamos y luego nos sentamos viendo a ver si se ve a través de Google Earth un camino que remotamente enseñe algún trayecto o dirección para buscar la salida en Rancho Arriba (en este caso). Buscando, vimos que habían unas dos posibles opciones para llegar, pero había una que era un camino un poco más largo y en un punto se perdía.
Es un fin de semana nuevo y qué mejor opción que invitar a unos cuantos de los entusiastas, que antes de embarcarnos en dicha travesía, les explicamos que era una ruta de exploración, que entendíamos que íbamos a llegar a Rancho Arriba, pero que sería la primera vez que estaríamos transitando por estos caminos. Todos entusiasmados de ver con qué nos íbamos a encontrar y qué obstáculo deberíamos sobrepasar.
Todos transitábamos por la Autopista Duarte, en dirección Norte hasta el Cruce de Piedra Blanca, donde giraríamos a mano izquierda, en dirección a Juan Adrián. Justo lo que comentábamos antes, esto era un camino, que el solo transitarlo era todo una travesía, ya que no estaba pavimentado y en muchos puntos uno encontraba derrumbe… pues ya no. Ya está todo muy bien señalizado, bien pavimentado, y se escucha por el radio de comunicación uno de los participantes, un aventurero que lleva mucho tiempo haciendo las rutas del Jeep Club, decir: “Ya nos dañaron el camino”. Luego de unos cuantos kilómetros, disfrutando la fresca brisa que nos brindaba la mañana, pasamos Juan Adrián, ya a pocos kilómetros encontraríamos este camino, que ahora haría un mayor contraste, debido a que al ahora estar todo pavimentado, este camino rojo, resaltaría y nos indicaría: “Bienvenidos a la aventura”.
Una vez salimos del pavimento, ya nuestros Jeeps se sienten en el terreno donde verdaderamente les gusta andar. Comenzamos a transitar entre las montañas, el camino se ve muy frondoso en algunas partes, lo que evidencia que cerca tenemos yacimientos de acuíferos, lo cual quiere decir que encontraríamos pasos de río y lugares donde debe haber combinación de tierra y agua…. LODO!!!!
Comenzamos a encontrar un terreno con el caliche rojo, con buenas zanjas, lo cual indica que si llueve, se va a gozar. Seguimos por el trayecto y en uno de los puntos, tenemos que desmontarnos para remover una enredadera que nos bloqueaba el camino, luego de pasarla, nos encontramos con una subida mojada y con piedras, lo que significa diversión y emoción, poniendo a prueba vehículos y pilotos. Claro está, que no es nada que no podamos pasar.
Continuamos el trayecto, encontrándonos con pasos entre montañas con paisajes paradisiacos. Estos son los momentos donde nos paramos y admiramos las bellezas que tiene nuestro país y que todos debemos de poder experimentar. A lo lejos ya vamos divisando Rancho Arriba y muchas de las plantaciones e invernaderos que se han construido en la zona.
Seguimos y llegamos a una bifurcación, que ya habíamos visto en el GPS y donde debíamos de girar a mano derecha, ya que por ahí es que se veía que el camino conectaba con Rancho Arriba, empezamos a transitar y mientras avanzamos, nos damos cuenta de que hace mucho nadie transitaba en vehículos por el mismo. Vemos como hay muchas zanjas, que con el correr del agua de la lluvia se han ido formando y dejando al descubierto grandes piedras. En un momento por este trayecto nos topamos con una zanja, que intentamos evadir, pero caímos en ella y encontramos otro punto de diversión. Viendo que luego de salir esta zanja, lo próximo que venía era una parte que parecía arena movediza, nos detuvimos y decidimos hacer el recorrido a pie, solo para ver si verdaderamente llegaba a un río que debíamos encontrar.
Caminando el trayecto, el mismo se comenzó a poner bien angosto, pero sabíamos que todavía podíamos seguir en los vehículos, seguían las zanjas, pero todavía podíamos pasar. Luego de un buen trayecto, llegamos al río, con agua cristalina, y con el calor de la caminata sirvió para refrescarnos un poquito.
Llegó la hora de la verdad, no se veía continuación del camino, se veía algo que parecía un camino, pero también erosión de la capa vegetal y se veían muchas piedras expuestas, por lo que no parecía que fuese a conectarnos con Rancho Arriba. Tomamos la decisión de subir de nuevo y dar vuelta atrás.
En la intersección que hicimos la derecha, ahora hicimos una izquierda y bajamos por esta. En este camino, se veía un camino más claro y que parecía se transitaba, no de manera regular, pero si de vez en cuando. Teníamos que ir con precaución, ya que las piedras aquí estaban descubiertas y teníamos que ir buscando la mejor manera de esquivarlas. Luego de un buen trayecto por este camino, llegamos al río que veíamos de las imágenes de Google Earth, pero el camino terminaba en la entrada de una finca, por lo que no podíamos seguir la travesía por el mismo.
El regreso por este camino, resulto ser bien divertido, ya que estaba la subida después del río, el material suelto y las piedras, lo cual hicieron que la subida fuese un poco técnica, para evitar dar algún golpe a los vehículos. Pero todo fue pura diversión y probando las máquinas y los pilotos.
Lamentablemente no llegamos exactamente a Rancho Arriba, pero gozamos mucho y los paisajes que vimos valieron la pena todo el esfuerzo.
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