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Frente a frente, el Acura TLX GT, en su versión ILX, y el Acura NSX han capturado la atención del Gran Salón de Nueva York. El primero está recién llegado de su glamoroso triunfo en el Pirelli World Challenge, mientras que el nuevo súperdeportivo Acura NSX en un alarde de rendimiento fuera de cánones. Dos colosos que cautivan el músculo cardíaco, un duda cabe.
Desarrollado para competir cabeza a cabeza con otros deportivos de alto rendimiento, la resistencia del ILX cuenta con un motor, el chasis, la suspensión y el interior especialmente modificados, con una carrocería de nueva apariencia.
«Las carreras de carretera es un excelente campo de pruebas para nuestros autos de alto rendimiento y el tamaño, el peso, el rendimiento y la durabilidad de la Acura ILX son la esencia de un corredor con grandes ambiciones», dijo Mike Accavitti, División Acura vicepresidente senior y gerente general. «También demuestra la mentalidad de máximo rendimiento inherente a la marca.»
Entretanto, haciendo su primera aparición en Nueva York, la versión de producción del nuevo superdeportivo NSX, hybrid biturbo sencillamente secuestró los flashes del stand de Acura, flanqueado por la recientemente revelada SUV RDX y el remodelado ILX sedán deportivo, ambos 2016 junto a la actualizada SUV MDX y el RLX sedán de lujo.
El deportivo de lujo TLX ha encendido las ventas de Acura desde que saltó de la fábrica el pasado verano, donde el toque artesanal premium es una de sus más vistosas características.
La alta resistencia del ILX fue desarrollada en la empresa con el objetivo principal de alzarse con la victoria absoluta en las 25 horas de Thunder Hill. Esto no es tarea fácil, ya que el equipo ILX se enfrentará a deportivos de talla como Porsche, BMW y otros competidores fuertes.
