Con sus tres prioridades de ingeniería: “Conducción inteligente», «Tecnología eficiente» y «esencia de lujo», el nuevo Clase S es un automóvil de ‘hechura perfecta’, cuyos altos estándares han avanzado un paso más. Fue a partir de 1993 que la nomenclatura tradicional de la marca (números y letras) fue invertida, que más que un cambio de códigos, Mercedes-Benz realizó un cambio de visión, con la “S” puesta como un sello indeleble, apócope del vocablo alemán «Sonderklasse», que quiere decir: «Clase Especial», un recurso muy sutil de la firma de la estrella, para reclamar al mundo su gran ración de liderazgo.
El Clase S es una berlina con suficiente volumen para trazar abundantes planicies de diseño, para lo cual Daimler AG marcó rutas inéditas en todos los aspectos que definen a un auto excepcional, zanjando notorias diferencias al pleno del segmento de lujo.
Son taxativas expresiones de líder, no sólo como un Mercedes-Benz de nuevo cuño, esbelto y exigentemente ejecutivo, sino en términos del desarrollo del automóvil como tal. Estética, poder, eficiencia, comodidad, seguridad y especialmente tecnología, son términos que le lucen como propios, al llegar a nuestro mercado revestido de las más altas aspiraciones posibles, que desde ya se encuentra en Autozama, representante exclusivo de Marcedes-Benz.
Entre la fluidez de sus nuevas formas y la sensual elegancia de su naciente personalidad, se debaten los adjetivos que califican a esta cúspide de movilidad del mercado premium. Su genética se mantiene intacta, su evolución es exultante. El frontal renueva su dinámica sin perder un ápice el espíritu Mercedes. La parrilla, huella digital de la marca, exhibe una refrescante elegancia bajo el aura de la estrella, donde la tecnología LED se ha interpuesto con elegantes geometrías llenas de movimiento y estilismo sobre los proyectores frontales, en contrajuego de grandeza con las tomas de aire subyacentes.
El diseño del nuevo Clase S, conocido por su código W222, no parece mudar la piel de la generación anterior, más bien recobra la magia en la expresión de la generación W220 del 1999, que tanto cautivó al mundo.
El capó de gran alcance del Clase S acentúa la evidencia de una berlina superior. Su perfil es un ‘túnel de viento sólido’, aerodinámico y vivaz, con una vigorosa línea principal que arranca en el frente para irse inclinando hasta diluirse antes de las gomas traseras, mientras el trazo inferior hace lo propio en sentido inverso, ascendiendo con discreto encanto. Se trata de estilizada libertad ejecutiva, mientras su posterior se resuelve con la masiva simpleza de trazos más elocuentes en el diseño de las luces resueltas en LED.
Un aire de palacio envuelve el habitáculo del Clase S, con fuerte aroma a Maybach, la legendaria marca súper premium del grupo Daimler ya descontinuada, que ahora pareciera reencarnar en cada detalle en el interior de esta flamante estrella.
Lucir moderno y clásico a la vez es parte de su hechizo, por mezclar exquisitamente su tecnología superior, con un aliento conservador desbordante de elegancia y confort, vaciados en cromo, aluminio, texturas, maderas nobles en perfecta armonía con la piel más depurada sobre dibujos a rombos y tejidos que contrastan con los revestimientos del tablero, la consola central, los paneles de las puertas y el techo interior.
Es un concierto de los mejores materiales expuestos en su mayor esplendor sobre un diseño integral, arrojándonos la viva noción de lo inmejorable.
La digitalización del panel de instrumentos aporta un tablero radicalmente novedoso que sobrecoge, con un programa de información en alta resolución que por su tecnológico aspecto luce como un gran iPad. El volante mestizo en piel y madera entrega al tacto sensaciones únicas de expedito de funciones a todo leva.
Sus asientos son una revolución llamada ‘Ejecutiva’ de ergonomía superior, que no sólo es arte en sí mismo, sino que dispone de seis programas de masaje exclusivos para príncipes.
Los viajeros de los asientos traseros, que muchas veces aquí suelen ser los jefes, ven la gloria al contar con el sistema de ajuste reclinable. Otro gran golpe de creatividad es su gama de nada menos que 7 colores en la iluminación interior al pulso de un dedo, que sumado al perfumado del sistema ‘Air Balance’, consiente el ánimo de sus ocupantes.
Las novedosas aplicaciones de la tecnología ‘COMAND Online’ de Mercedes-Benz, visibles en la pantalla central de alta resolución de 12.3 pulgadas, integran las funciones de audio, video y conectividad, que con la presencia de un teléfono móvil, ofrece acceso a Internet; pero además, un sistema Wi-Fi permite la conexión de ‘laptops’, ‘tablets’ o ‘smatphones’, para literalmente tener el ‘control del mundo’.
Este sofisticado sistema de info-entretenimiento, incluye también un reproductor de DVD, radio, memoria de 10 GB para archivos de audio y video, así como interfaces para dispositivos móviles en puertos y Bluetooth.
Para asegurar un entretenimiento personalizado de altura S, Mercedes-Benz se asoció al liderazgo de ‘ Burmester Audiosysteme GmbH’ , una de las más importantes cimas tecnológicas en audio, para sumergir el sentido del oído hacia vivencias jamás experimentadas por la marca con el sistema de sonido ‘ Surround Burmester High-End 3D’ . 24 altavoces y 24 canales de amplificador con una potencia de 1,540 vatios y tecnologías confluyentes fueron desarrollados exclusivamente para este recinto de reyes, creando un nuevo estándar en Mercedes-Benz.
Cinco preajustes de sonido completan las opciones: «Pure», «Easy Listening», «Live», «Surround» y «3D Sound», que permiten un ajuste individual de acuerdo a las preferencias personales. Solamente el modo ‘3D Sound’ representa un significativo salto hacia el universo de reproducción tridimensional, logro posible gracias a algoritmos especiales ‘Burmester’ y tres altavoces integrados en el techo.
No suficiente con eso, ofrece un ajuste magistral VIP que arropa individualmente a cada ocupante. En adición a la exquisita orfebrería acústica del S, este sistema deslumbra también por sus efectos ópticos: dos altavoces de agudos dispuestos en la escuadra del retrovisor de las puertas delanteras se extienden al conectar el sistema, asumiendo así una posición ideal en términos acústicos. En síntesis, menú gourmet propio de un palacio: el interior del Clase S.
Los logros mecánicos del Clase S se han esmerado al tenor de la “Tecnología Eficiente” que preconiza la firma como una filosofía. El innovador propulsor V8 brinda eficiencia en el consumo y un nivel de emisiones ostensiblemente bajas sin desmedro de la potencia.
Esto en parte gracias a la combinación de diversas tecnologías de propulsión muy innovadoras, que en la mesa de trabajo le llaman ‘BlueEfficiency’. Con sus dos turbocompresores compactos e intercooler, que aseguran una respuesta rápida y un rendimiento termodinámico optimizado, el nuevo Clase S regala al conductor un toque de adrenalina con sus 449 hp y un torque de 700 Nm.
Todas las versiones tienen tres modos de conducción que acentúan los niveles de satisfacción según el ánimo o las necesidades en el trayecto, ya sea “S” (Sport), “C” (Controlled Efficiency) y “M” (Manual). El S que probamos es el equipado con el kit AMG con aros de 20 pulgadas que calzan neumáticos de 255/40 R 20 delante y 285/35 R 20 detrás, pero la suavidad en el potente desplazamiento de esta súper mákina es sobradamente impresionante a la hora de pensar que tiene unas gomas de bajo perfil. Pero el Clase S da cátedra en sistemas activos automatizados, como el ‘Intelligent Drive’ , que hace las veces de diestro chofer para el trabajo tedioso en un tapón, pero además, cuando saca el genio de la botella, ofrece su batería de cámaras estereoscópicas e infrarrojos, que responden por la integridad perimetral del S, así como el ‘Magic Body Control’ francamente profético, por captar las condiciones del suelo para ajustar los amortiguadores previamente.
Soberbio, Sensual, Sorprendente, adjetivos al son de la S para concluir en armonía los valores del nuevo Mercedes-Benz Clase S, la mayor representación sobre ruedas que el talento Stuttgart ha sido capaz de crear. Esta nueva generación hizo la tarea por todo lo alto, dando un elocuente salto estratosférico en diseño externo y las prestaciones tecnológicas desde sus entrañas; pero cuando calificamos su confort no apto para plebeyos, hay que ubicarlo en una órbita lejana de lo convencional.
El resultado es un Clase S superior apoderado de un nuevo lenguaje premium, que MAKINAS describe con la riqueza emulatoria de los soberbios palacios germánicos, por haber sabido conjugar dos importantes valores en esquisto balance: un trascendente sentido de la tradición de excelencia, junto a su caudal de innovaciones tecnológicas, o dicho con las palabras de la casa: el proverbial “
” del viejo Daimler: “Lo mejor o nada”.