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Llegar a los 50 años con una trayectoria marcada por la constancia, la innovación y el liderazgo no es simplemente una efeméride empresarial; es una declaración de principios. Así lo demostró Grupo Cometa al conmemorar su quincuagésimo aniversario con un cóctel exclusivo en el Hotel Marriott Piantini, donde la solemnidad de la ocasión se entrelazó con un espíritu de gratitud y proyección hacia el porvenir.
Fundada sobre los valores del respeto, la honestidad y el trabajo duro, esta empresa se ha consolidado como un pilar en el desarrollo de soluciones automotrices y energéticas en República Dominicana. El evento no fue solo una celebración; fue también un punto de encuentro para colaboradores, socios estratégicos y clientes que han sido parte de una historia forjada a base de visión clara y compromiso colectivo.
Durante la velada, el presidente de Grupo Cometa, Sr. Juan Manuel Núñez, ofreció un discurso cargado de emoción y contenido, en el que agradeció profundamente la lealtad de quienes han acompañado a la empresa durante estas cinco décadas. Pero más allá del recuento histórico, Núñez miró hacia adelante, apelando al compromiso de las nuevas generaciones para continuar este proyecto con la misma integridad que lo vio nacer. Su mensaje no fue solo empresarial, sino profundamente humano: construir legado implica sembrar con intención, perseverancia y responsabilidad.
Y precisamente «sembrar» fue la metáfora que marcó el hilo conductor de la noche. Como parte de una nueva iniciativa de responsabilidad social empresarial, cada asistente recibió una semilla de roble —símbolo de fortaleza, longevidad y visión a largo plazo—, invitación tangible a convertirse en guardianes del medioambiente y agentes activos de un cambio que comienza desde lo más elemental: la tierra.
Esta acción trasciende el gesto simbólico. En un contexto donde la sostenibilidad se ha vuelto un eje ineludible del desarrollo corporativo, Grupo Cometa reafirma su compromiso con el planeta al incentivar la siembra de robles en distintas zonas del país, una especie actualmente en peligro de extinción. La iniciativa conecta el pasado con el futuro, recordando que el verdadero liderazgo no solo se mide en cifras o expansión, sino en el impacto positivo que se deja en la sociedad y el entorno.
El evento también contó con la presencia de autoridades gubernamentales, líderes del sector privado, ejecutivos de la empresa e invitados especiales del ámbito nacional e internacional. La noche cerró con una conmovedora presentación artística que, mediante la danza, interpretó los momentos más significativos de la historia de Grupo Cometa. La puesta en escena —poética, intensa y profundamente simbólica— fue el broche de oro para una celebración que no perdió de vista su propósito esencial: honrar el pasado mientras se construye un futuro con sentido.
Hoy, a 50 años de su fundación, Grupo Cometa no solo celebra su permanencia en el mercado; celebra su capacidad de evolucionar sin perder el norte. Su historia es también la historia de un país que avanza gracias al empuje de instituciones que creen en la excelencia, que se reinventan frente a los desafíos y que apuestan por la sostenibilidad como columna vertebral de su estrategia.
En tiempos donde el compromiso social y ambiental ya no es opcional, sino una exigencia ética, iniciativas como esta reafirman el poder transformador de las empresas bien conducidas. Grupo Cometa no es solo un referente del sector: es ejemplo de cómo construir valor más allá del negocio.
