En la secuela del primer ‘Recoil’ de BJ Baldwin, es abandonado a mitad de la nada, sobre una rústica región de Ensenada, Baja California, México, donde se pone al mando de su intrépido ‘Trophy Truck Chevrolet’ arrebatado de poder y agallas, para superarse a sí mismo en el Recail 2, en términos de escenografía, dramatismo, tomas inusuales y exuberante casting.
Su bestial mákina reventó los caminos y los no caminos, con temeridad arrebatadoramente fulminante, de la mano de una cinematografía audaz y cosmética, que hizo ‘himnos’ con la cámara lenta. Luego de atravesar lo imposible, Balwuin alcanza la meta donde féminas de escasos lienzos y carnosas prestaciones le dan el ‘torque’ que necesita para culminar su hazaña. Buena secuela que vale la pena ver (o admirar) por los grandes ojazos que impone a quien la mira.