¿Cómo se imaginaba el Infierno? En términos de movilidad, el Infierno es una endiablada mákina deportiva rabiosamente rompedora de convencionalismos. Voluptuosamente diseñado para hacer feliz al mismísimo luzbel, esta poseída fiera fue desarrollada en México, surgiendo como el primer ultra-mega-súper deportivo del mercado. Eso lo decimos nosotros ya que realmente es preciso echar mano de todos estos calificativos para ubicarlo en su justo nicho, donde reina sólo él.
Si bien tiene alma de mariachi, el Infierno será ensamblado en Italia, con una selecta producción de sólo 11 unidades para su lanzamiento. Sus formas son tan cadenciosas como harto ambiciosas en su aerodinámica, con un precio que contradictoriamente se dispara hasta los cielos, estimado en 1.9 millones de euros (aproximadamente $ 2,14). Más costoso que un Lamborghini Centenario Coupé.
El Infierno viene estimulado por un “infernal” motor biturbo V8, capaz de exorcizar 1,400 caballos de fuerza y 1.125 libras-pie de torque, devorando 60 millas en menos de 2.7 segundos, pudiendo arrebatarse sobre el pavimento a más de 394 kph… una verdadera joya del averno.
Su ondulante carrocería cuenta con un recubrimiento de espuma metálica que proporciona una asombrosa protección comparable a los vehículos blindados B4. Su inusualísimo fuselaje es otra proeza de la tecnología de sólo 1,200 kilogramos de peso, por tratarse de una liga de zinc, aluminio y plata, capaz de estirarse hasta 100 veces su tamaño para absorber los impactos, sin perder ninguna de sus propiedades.