Jeep Grand Cherokee Trackhawk se desplazó hasta Rusia para escenificar una prueba de velocidad a nivel de récord.
La mákina norteamericana dominó a sus anchas al lago Baikal para convertirse en el SUV más rápido del mundo sobre una superficie helada. Su tracción a las cuatro ruedas y el poderoso V8 sobrealimentado de más de 700 caballos fueron los protagonistas de la gélida hazaña.
Estamos hablando de la versión más poderosa jamás creada por Jeep, es decir, el Trackhwak… una bestia del asfalto que tuvo que remontarse hasta el singular lago ruso, el más profundo del planeta, para imponer este récord mundial.
¿Qué velocidad alcanzó? Los 280 km/h., monitorizado por GPS, siguiendo las directrices impuestas tanto por la FIA como por la FAR (Federación Rusa de Automovilismo), por lo que este récord pasa a formar parte de los registros oficiales de Rusia. Para poder lograrlo, según la marca, todos los “elementos innecesarios fueron retirados del Gran Cherokee Trackhawk”, realizando dos pasadas de un kilómetro en direcciones opuestas y tomando la velocidad media registrada.
Para garantizar un entorno seguro, la longitud total del trazado fue de 12 kilómetros y la pista fue desprovista de nieve y todos aquellos montículos que podrían haber afectado en la seguridad de los conductores y los jueces.