Crear autos tan fuera del estándar que más bien parecen locuras del asfalto, es un ‘mérito’ de ciertos modelos y sus creadores, que te presentamos en este ‘Top 10. Son prototipos o incluso autos fabricados en serie, nacidos en diferentes momentos de la industria automotriz. En algunos casos, son autos verdaderamente locuaces desarrollados por diseñadores que aparentemente tenían flojo un tornillo, o en otros, valientes visiones del futuro, aunque no del todo racionales. Como quiera, existieron, y actualmente reposan en museos o colecciones privadas… esta es su breve crónica.
El Sir Vival es una curiosa mákina a dos segmentos, creada por Walter C. Jerome de Worcester, Massachusetts en 1958. Habría sido un deleite locuaz verla pasar, ya que la característica más distintiva del automóvil es una construcción de dos partes que separa el motor y las ruedas delanteras de la cabina principal. Entre fea y aparatosa, este prototipo nunca se produjo comercialmente… por suerte.
El sQuba es un automóvil suizo que asombró al mundo, por haber sido el pionero que se puede conducir tanto en tierra como bajo el agua. La idea original del fundador y CEO de Rinspeed, Frank M. Rinderknecht, se inspiró en la película de 1977 de James Bond “The Spy Who Loved Me”, donde el chasis del Lotus Elise se utiliza como base para este vehículo. El sQuba se puede sumergir a una profundidad de 10 metros o 33 pies, impulsado por hélices gemelas eléctricas complementadas por dos chorros de agua Seabob. Su estilo es el de «volar» bajo el agua como un submarino, ya que no está diseñado para conducirse sobre las olas… una locura para surcar los siete mares.
De nombre impronunciable, el Messerschmitt KR200, o más sencillamente: el Cabin Scooter, fue un auto burbuja de tres ruedas diseñado por el ingeniero de aeronaves Fritz Fend y producido en la fábrica del fabricante alemán de aviones Messerschmitt, de 1955 a 1964. Su motor monocilíndrico de dos tiempos y transmisión de cuatro velocidades eran parte de sus numerosas lindezas exclusivas. ¿Una burbujita que camina o una idea loca de su creador? Los dos sobrenombres son válidos, lástima que los vientos del cambio lo sacaron del camino.
Con una inmensa aleta en forma de tiburón, la delirante propuesta del Mercury Mermaid fue ideado específicamente para lidiar con la velocidad en los ensayos de Daytona de 1957. Inmerso en la era de los autos que parecían naves espaciales o aviones. Parecía que el Mermaid tenía todas las de ganar para pasar del concepto a la producción, pero se quedó en la fase de “automóvil soñado”, a pesar de ser tildado de Jaguar D-Type de corte cuadrado con esteroides. Sin nada en el interior y tampoco sin parabrisas, esta estridente mákina impuso el récord de 180 mph, demostrando en la pista que era una locura bastante racional.
El Buick Centurion concept surgió en 1956, con cuerpo de fibra de vidrio rojo y blanco, diseño interior similar al de un avión, un techo de «burbuja superior» completamente transparente y la primera cámara de respaldo en lugar de un espejo retrovisor, aunque nunca se demostró que fuera funcional. Este automóvil actualmente reside en el Museo Sloan en el Centro Cultural Flint en Flint, Michigan.
Diseñado para dos mundos: el terrestre y el marino, el Amphicar Model 770 es, como lo sugiere su nombre, un automóvil anfibio, lanzado en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1961 y fabricado en Alemania y comercializado hasta 1968. La producción se detuvo en 1965. Con características de barco y temperamento de carro, se desplazaba sobre el agua con un motor “dentro de borda” de 1147 cc. La propulsión estaba a cargo de sus hélices gemelas montadas debajo del parachoques trasero, con una eficiente transmisión de 4 velocidades. Esta joya llegó a ser conducida por el presidente Lyndon B. Johnson, en 1965. Lo grande es que existe un club de propietarios (o de locos) del Anphicar, que se reúnen anualmente para su parada anfibia.
El loquísimo Panther 6 fue un convertible británico de seis ruedas producido en 1977. Propulsado por un motor Cadillac V8 de 8.2 litros, montado en el medio con turbocompresores gemelos, de esta joya del derroche sólo se fabricaron dos unidades (uno en blanco y otro en negro), de los cuales se sabe que todavía existen. Uno lo disfruta un jeque de Arabia Saudita, y el otro pertenece a un coleccionista privado. El diseño consta de un par de ruedas traseras con neumáticos y dos pares de ruedas delanteras orientables… poesía del aparataje, que incluía teléfono y televisor.
El intempestivo Toyota EX-7 fue un concept car de 2 asientos, exhibido en el Salón del Automóvil de Tokio de 1970. Fue un experimento a cuatro ruedas, de ahí el apelativo de ‘EX’, para ver cómo sería un superdeportivo basado en el Toyota 7. El motor de 5 litros, montado en el medio era similar al motor del Toyota 7, excepto que el EX-7 no tenía turbocompresores. Su nariz larga y plana combinada con un parabrisas largo y una parte trasera alta eran sus mejores encantos.
Cuatro súper mákinas concepto dan vida al General Motors Firebird, un automóvil con ínfulas de avión de combate. General Motors los diseñó para los espectáculos automovilísticos de Motorama, sin nunca tener la intención de producirlos, sino más bien para mostrar los extremos en tecnología y diseño que la compañía podía lograr. Los autos se unieron recientemente a la exhibición en el Museo Henry Ford en Dearborn, Michigan , y aún hacen apariciones regulares en la exhibición de autos. Si bien su diseño futurista ha perdido algo de vigencia, su encanto se mantiene intacto.
El Citroën Karin fue un concept car presentado en el Salón del Automóvil de París en 1980. Su principal locura era su diseño piramidal, que despertaba toda clase de superlativos. El exterior del automóvil incorporaba paneles de vidrio al ras y puertas de mariposa. El techo del Karin era solo del tamaño de una hoja de papel A3 debido a su forma piramidal truncada. Una de sus características interiores más notables fue el diseño único de tres asientos con el conductor ubicado en el medio de los dos pasajeros. También entre sus locuaces atributos estaban un motor de 4 cilindros, tracción delantera y una suspensión hidroneumática como la del Citroën DS.