La esencia de Maserati se encuentra en el alma del Granturismo, no solo por ser el deportivo de lujo italiano por excelencia, sino también por ser el creado de una nueva categoría que ha alumbrado algunos de los mejores automóviles de la historia.
Bajo la denominación A6 1500, el concepto Gran Turismo nació en 1947 mostrando al mundo que un automóvil podía combinar velocidad, confort, lujo y elegancia, algo que hasta entonces parecía imposible.
Con sus genes de competición, vanguardistas soluciones técnicas e irresistible belleza, también encarnó los valores tradicionales de la marca.
Desde el A6 1500 al GranTurismo Folgore, la última, emocionante e innovadora entrega electrificada de esta icónica saga; los Maserati con alma Gran Turismo han mostrado una increíble evolución a lo largo de casi ocho décadas.
Presentado en el Salón de Ginebra de 1947, el A6 1500 fue el primer Maserati de carretera. Con diseño de Battista Pinin Farina, esta mákina montaba el motor de carreras del 1500 6CM (1.5 l y 65 CV) en un nuevo chasis tubular.
La producción del A6 1500 Gran Turismo se mantuvo hasta 1950, con ligeros cambios de estilo y la adopción de asientos traseros. El A6 1500 simbolizó el nacimiento de la nueva Maserati como fabricante de automóviles deportivos de calle.
Presentado en el Salón de Ginebra de 1957, el prototipo del 3500 GT fue apodado como ‘Dama Bianca’. Contaba con una mecánica nacida de la competición (un seis en línea de 3.5 litros y 220 CV).
Giulio Alfieri, ingeniero jefe, ideó uno de los Maserati más bellos de todos los tiempos, un automóvil cuyas formas han trascendido del tiempo y se han convertido en un icono del estilo y la elegancia.
Nacido como un encargo específico del Sha de Persia, Reza Pahlavi, el Maserati 5000 GT es uno de los autos más exclusivos de todos los tiempos.
Contaba con un motor V8 de 325 CV, y 260 km/h de velocidad máxima y se limitaba a una producción de solo se fabricaron 34. Fue presentado en el Salón del Automóvil de Turín de 1959, su gran éxito llevó a la producción de varios auto para clientes de prestigio, incluyendo al Príncipe Karim Aga Khan (con carrocería de Carozzeria Frua), el jefe de Fiat Gianni Agnelli (Carozzeria Pininfarina), el industrial Ferdinando Innocenti (Carrozzeria Ghia), la estrella de cine Stewart Granger y el presidente mexicano Adolfo López Mateos (ambos, con Carrozzeria Allemano).
El Mistral fue el último automóvil de la Casa del Tridente que montó el mítico motor de seis cilindros en línea originario de los Maserati 350 S (con una potencia de 235 CV).
Esta mákina se presentó en el Salón de Turín de 1963 y lucía una carrocería diseñada por Pietro Frua, con su núcleo de acero, y las puertas, el capó y el marco de la luneta trasera, de aluminio.
El Ghibli supuso una nueva dirección de estilo en Maserati. Obra de un joven Giorgetto Giugiaro, la carrocería del Ghibli era perfecta en cada detalle y se considera uno de los diseños más significativos de la posguerra. La clave de este diseño era la integración de los volúmenes y cómo Giugiaro suavizó la sensación de rigidez de unas líneas geométricas y tensas. La novedad estilística más evidente era el frontal, con faros retráctiles y una fina parrilla.
Henry Ford (nieto) fue propietario de uno, que lo colocó en el vestíbulo del Centro de Desarrollo de Productos Ford de Detroit, como ejemplo y fuente de inspiración.
El último trabajo de Giulio Alfieri al frente del departamento de ingeniería de Maserati. El Khamsin introdujo nuevas tecnologías a la saga Gran Turismo, como el sistema hidráulico para la dirección (de asistencia variable), los frenos, el embrague y los faros escamoteables. Con 320 CV, era capaz de alcanzar 270 km/h.
Radical y salvaje, el Shamal se basaba en el chasis corto del Karif, con el añadido de dos pequeños asientos trasero. El Shamal nació para coronar la gama de los coupés Biturbo con motor V6, con un motor V8 biturbo de 326 CV de nuevo desarrollo, que le impulsaba hasta 270 km/h. El diseño de la carrocería, de Marcello Gandini, era completamente nuevo: musculoso, agresivo, y con unos inconfundibles pasos de rueda traseros. Revolucionario y extremo, el Shamal estaba destinado a conductores expertos.
Este modelo representa una vuelta a los orígenes y el punto de partida del renacimiento mundial del Tridente. Al igual que sus creaciones para Maserati del pasado, el diseño de Giugiaro era una obra maestra. Sus pilotos traseros fueron los primeros en utilizar la tecnología LED en un coche de producción. El interior, diseñado en el Centro Stile Lancia, suponía otro salto a la modernidad. Su motor V8 biturbo de 3.2 litros entregaba 370 CV
La colaboración entre Maserati y Pininfarina dio lugar a otro automóvil genial, tras sesenta años de la invención del concepto de gran turismo.
El nuevo GranTurismo volvió a condensar la esencia del concepto original en un coche para disfrutar a diario, construido prestando especial atención al confort, con un interior amplio y lujoso. Como siempre, también era un deportivo de altas prestaciones y emocionante de conducir, con un potente motor y una distribución del peso casi neutra.
El primer automóvil eléctrico de la historia del Tridente tenía que ser un GranTurismo. Al igual que hizo el a 1600 en su época, el nuevo GranTurismo Folgore resuelve una ecuación compleja y muestra al mundo que un automóvil eléctrico puede lucir con orgullo el Tridente y tener su tradicional combinación de elegancia, estilo y espíritu deportivo. Maserati es la primera marca de lujo italiana que lanza un coche eléctrico.
El GranTurismo Folgore traslada a la calle soluciones procedentes de la competición, como los motores eléctricos con inversores de carburo de silicio, derivados de la Fórmula E.
También como siempre, incorpora soluciones técnicas de vanguardia, como la arquitectura de 800 voltios, la innovadora batería con disposición ‘T-bone’ o el sofisticado sistema de recuperación de energía. El GranTurismo Folgore es muy potente (560 kW / 761 CV) y tiene unas prestaciones de superdeportivo: acelera de 0 a 100 km/h en sólo 2,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 325 km/h.
Y, claro está, el Folgore no pierde una las características típicas del ADN de Maserati: su icónico sonido, gracias a un trabajo de ingeniería que ha integrado la acústica natural de los motores eléctricos con el sonido típico de un motor Maserati V8.