Asómbrese, esta es una agresiva estrategia comercial que bien podríamos llamarla ‘libertad sin prejuicios’, desde el momento en que Toyota Motor Corp., decidió sumar el motor de Mazda ‘Skyactiv’ de bajo consumo de combustible, para su grupos de motores a préstamo, saliendo del nuevo subcompacto Mazda 2. El proyecto partirá desde la planta de montaje de la recientemente inaugurada Mazda en México, o sea, globalización pura a la japonesa, con sabor a mariachi… tan simple como eso.
De hecho, aunque agresiva, esa estrategia no es nueva, ya que Toyota no es ajeno al uso de motores de otros fabricantes. Su Scion FR- S utiliza un motor de Subaru, construido por Fuji Heavy Industries. El auto deportivo Lexus LFA, que terminó la producción en 2012, fue impulsado por un motor V10 de Yamaha Motor Co.
El uso del motor Skyactiv de Mazda puede ayudar a Toyota a pulir el atractivo de su oferta de sub-compactos. El Yaris de última generación, llegó a los Estados Unidos en el otoño de 2011 con un motor de inyección directa. Este es uno de los pocos motores de esas características que todavía usa Toyota.
Para Mazda, significa maximizar las economías de escala en su operación Mexicana. También permite a Mazda promover su tecnología Skyactiv, como el motor de un rival muy respetado. Una misión fundamental de la planta de Salamanca es promover la penetración de la alineación Skyactiv en otros mercados.