De los muchísimos asombros que ofrece Milán, “La Macchina del Tempo – Museo Storico Alfa Romeo”, es uno de sus tesoros más memorables y apasionados, por exudar leyenda, gloria y mito en sus emocionantes salas de exhibición. Para realizar este reportaje, fuimos invitados por de Alfa Romeo Automobile, disfrutando de su deslumbrante colección en cada palmo de sus instalaciones y cada una de sus mákinas de epopeya, así como los modelos que partieron las aguas en la industria en las mil y un competencias que protagonizaron en los circuitos de talla mundial.
Se trata de una gran edificación que se extiende por seis plantas, que concuerda en tecnología y legado con la nueva visión adoptada por FCA. La reapertura del museo en el 2015 fue cuidadosamente planificada para coincidir con el estreno mundial del nuevo Alfa Romeo Giulia, que enarbolaba al mundo su ansiado renacimiento mundial.
El museo acoge los modelos históricos más importes en una colección invaluable, mákinas que han escrito con letras de oro gran parte de la historia del automóvil. Aparte de ser el avanzado Brand Center global de la marca, la edificación es un conjunto integral que acoge una vanguardista pista de pruebas, a la vez que es escenario por excelencia de los desfiles sobre ruedas de la casta Alfa Romeo, exhibiendo al mundo las mayores remembranzas de su ayer glorioso y las apuestas en su proyección de futuro.
El ya célebre Giulia Quadrifoglio, con su poderoso motor biturbo V6 de 2.9 litros y sus intactos 510 caballos de fuerza, es el primero en recibirnos al ingresar al templo, justo en la puerta del museo. Esta fiera de la nueva era Alfa se casó con la gloria al imponer el récord de 7 minutos y 32 segundos en el legendario circuito alemán de Nürburgring.
Una vez atravesada la marquesina “en rojo alfa”, nos sumergimos en la puesta en escena de 69 modelos emblemáticos, legado de aquellos visionarios lombardos de principios del siglo 20, que constituyeron la Anonima Lombarda Fabbrica Automobili (A.L.F.A.), con Alexandre Darracq a la cabeza, grupo al que más tarde se uniría Nicola Romeo. Son piezas que no sólo describen la evolución de la marca, sino que son de propio derecho paradigmas eternos de la propia historia del automóvil.
El momento es propicio para desglosar el significado del elaborado emblema de Alfa Romeo, formado con la cruz roja de San Jorge, símbolo de Milán y el escudo de armas de la Casa Visconti, con la gran ‘biscione’ devorando al enemigo. Esta doble simbología genuinamente milanesa, conformaría uno de los logotipos de automóviles que mejor identifican a una marca con su tierra natal.
Como las páginas de un libro, las joyas de la ‘Macchina del Tempo’ se suceden una tras otra, en vívido homenaje a las prestaciones, la excelencia automotriz, el diseño, el triunfo y la velocidad: desde el primer A.L.F.A., el 24 HP, hasta los legendarios ganadores de la Mille Miglia, como el 6C 1750 Gran Sport de Tazio Nuvolari; el 8C con carrocería Touring y el “Alfetta 159”, campeón del mundo de la Fórmula 1, nada menos que con Juan Manuel Fangio al volante o Giuseppe Farina pilotando su mitológico 158. Este es un momento crucial del recorrido porque atesora la gloria imperecedera de lo ocurrido hace 60 años, donde precisamente los Alfa Romeo 158 y 159 fueron sencillamente imbatibles, ganando todas las fechas en las que participaron, llevándose los máximos laureles en 47 de los 54 grandes premios con los que trituraron el asfalto. Y más adelante, en una ‘curva’ de merecido dramatismo, sentimos el toque apasionado del mitológico Giulietta, vehículo icónico de los años 50 y el idénticamente legendario Alfa 33 TT 12, provocando en nosotros una secreta reverencia por partida doble.
Un párrafo especial merece el Alfa Romeo 24 HP 1910, que rebasaba la barrera de los 100 kilómetros por hora. Tal fue su ventaja de años-luz con respecto de su tiempo, que autoridades de la salud la calificaron de mákina “no apta para humanos”, ya que entonces se creía que nuestro organismo no estaba diseñado para soportar velocidades mayores a los 45 kilómetros por hora.
El museo destella al mundo la apasionada cultura Alfa, condensada en tres principios temáticos, desarrollados a toda gala en el majestuoso recinto: “Timeline”, que representa la continuidad industrial de la marca; “Bellezza”, que une estilo y diseño en modelos inmarcesiblemente excepcionales y “Velocità”, síntesis de tecnología de competición del paradigma Alfa Romeo. En virtud de su importancia histórica, a cada uno de estos pilares les corresponde una planta del Museo.
Desde sus mismos orígenes la marca desarrolló modelos icónicos, obras de arte en movimiento que sobradamente influyeron en la propia historia del automóvil. El “Timeline” lo prueba con creces, por tratarse de un ‘cantico en rojo’ de sus más descollantes leyendas que envuelven a todos los visitantes.
Como cualquier periodista del motor que conoce el legado y transformación de Alfa Romeo, debo confesar que experimentamos una suerte de redescubrimiento de aquellos 19 vehículos de categoría “Timeline”, porque hablan elocuentemente, cada uno con leguaje propio, sobre la inagotable evolución del “sentimiento Alfa”, exudando cada cual una historia y un sediento “pedigrí” de triunfo en cada carrera.
La exposición “Timeline” se complementa con un recorrido interactivo ‘smart-tech’, que explica en detalle los episodios vividos por cada modelo. Aquí la “Quellidell’ Alfa Romeo” (Los de Alfa Romeo) cuentan cómo llegaron a esculpir más de 100 años de leyendas, gracias al trabajo mancomunado de miles de obreros, mecánicos, pilotos de pruebas, diseñadores y ingenieros, guiados por el talento precursor de sus fundadores.
En curiosa anécdota respecto a ‘dispositivos de la seguridad’ en los años 30, el Alfa Romeo Corto 2300 Mille Miglia llevaba sobre la parrilla una estatuilla estampada del santo protector Cristóbal de Licia.
El segundo nivel del museo está íntegramente dedicado a la “Bellezza”… pasión de Alfa Romeo por el diseño en la más pura esencia italiana. A base de líneas dinámicas y fluidas, la instalación es un homenaje a los grandes diseñadores de carrocerías italianas: desde “iI maestri dello stile” (Los maestros del estilo), que aglutina los 9 grandes ejemplos de diseño de cada época, hasta “La scuola italiana” (La escuela italiana), en el que se exponen los vehículos producidos en los años que van de 1930 a 1940, bajo el canon de la carrocería Touring del sello Superleggera. En el centro de este piso destella la puesta en escena del “Alfa Romeo nel cinema” (Alfa Romeo en el cine), con el Alfa Romeo Duetto Spyder 1967, de la película “El Graduado” o el Alfa Romeo Giulietta, co-protagonista de la sexta entrega de Rápido y Furioso. Más adelante dos momentos con un par de inmortales: “Il Fenomeno Giulietta” (El Fenómeno Giulietta) y “Giulia: disegnata dal vento” (Giulia: diseñada por el viento), con los modelos que acompañaron el auge del crecimiento económico y la devoción hacia la marca, en la próspera Italia de los años 50 y 60.
Al llegar al sótano, el sentimiento Alfa se convierte en la zona cero de la “Velocità”, el punto más emocional de todo el conjunto. Delante de nuestros ojos vimos surgir las viejas glorias de la marca, protagonistas de las grandes victorias de Alfa Romeo, que dejaron en el corazón de la industria su profunda huella de tecnología. “Nasce la leggenda” (Nace la leyenda), es un espectacular espacio multimedia que presenta los descollantes intérpretes de las épicas carreras desatadas entre las dos guerras mundiales: la protagónica participación Alfa en la Fórmula 1, cuando a la sazón la marca hilvanaba a partes iguales agallas con innovación, con el “Progetto 33” y “Le corsenel DNA” (Carreras en el ADN), para luego pasar a una interactiva zona tech plena de imágenes, sonidos y películas que exhibe los triunfos más importantes de Alfa Romeo en el curso de su historia.
El viaje al alma del mito concluye con un final lúdico y espectacular: las “burbujas emocionales”, dedicadas a la experiencia del mundo Alfa Romeo, con películas en realidad virtual con proyecciones en 4D de los eternos momentos de gloria alcanzados por“la marca de la biscione”.
Más que designar una marca, Alfa Romeo oscila entre la leyenda y el mito, tan apasionado como actual. Se trata de uno de los primeros pistones que puso a rodar a la industria automotriz y la marca de marcas que aglutina el mayor número de victorias en las pistas. El mismísimo Henry Ford llegó a exclamar que ante Alfa Romeo “Me quito el sombrero”. Podemos ir más lejos, hablando incluso del “sentimiento Alfa” expresado por su diseño, tradición y legado únicos en la historia automotriz, que cubre un siglo de innovaciones sorprendentes. La suya es una historia centenaria singular que forjó grandes personalidades del automovilismo deportivo como Enzo Ferrari, Tazio Nuvolari o Juan Manuel Fangio… No es exageración alguna decir que sin Alfa Romeo la historia del automóvil hubiera sido absolutamente otra cosa.
Cuando Alfa Romeo se abre de par en par a su nueva era bajo el plan maestro de FCA, lo haría de manera fiel a su legendaria trayectoria. Esto implicaba desarrollar un vehículo de alta pureza emocional como el nuevo Giulia, pieza estelar en la historia de la marca, como un puente del pasado al futuro, cuyo nuevo diseño proyectó a las nuevas generaciones un cautivante amor a primera vista. Su relación peso potencia de menos de 3 kilos por caballo aportó un nuevo récord en la categoría. De esta manera, su puesta en escena enamoró al mundo por la técnica, el sonido del motor, su formidable estética, fornida elegancia deportiva y avanzadas prestaciones… sencillamente una mákina para los amantes de las mákinas.