En el mar de la tecnología, un estudio holandés ‘pescó’ una genialidad, poniendo al primer ‘goldfish’ a conducir su propia pecerita. El estudio se llama Diip y es claramente un grupo creativo en tecnología que coloca una típica pecera sobre un carrito eléctrico controlado por una cámara que enfoca hacia el piso a través del agua y con un procesador determina la posición del pez en el tanque.
La cámara y el procesador están ligados a una computadora que maneja los controles de los componentes en movimiento, incluyendo la dirección de las ruedas y el motor eléctrico. Si el pez nada hacia adelante el carro se mueve hacia adelante. Si se mueve hacia adelante y hacia un lado, el ‘pezauto’ irá hacia adelante y esa dirección… ‘bien racing’. En realidad el pez no tiene ni idea de lo que está haciendo, aunque conduzca su nave ‘a toda mákina’ por la ‘autopezta’.