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En el competitivo escenario automotriz, donde la percepción del consumidor y la calidad tangible se entrelazan, Nissan ha logrado una posición de liderazgo que no admite dudas. En la edición 2025 del prestigioso estudio J.D. Power U.S. Initial Quality Study (IQS), la marca japonesa ha sido reconocida como la mejor valorada entre los fabricantes de volumen (Mass-Market), y ha obtenido el segundo lugar en toda la industria automotriz estadounidense, solo por detrás de las marcas premium.
Este reconocimiento no se trata de una simple distinción simbólica. El IQS es una de las métricas más influyentes del sector, basado en las respuestas de decenas de miles de propietarios de vehículos nuevos que, durante los primeros 90 días de uso, reportan los inconvenientes encontrados. La métrica clave —problemas por cada 100 vehículos (PP100)— sitúa a Nissan como la marca con la menor cantidad de incidencias entre todos los fabricantes generalistas, reflejo de avances sustanciales en calidad, ensamblaje, tecnología y atención al detalle.
Varios modelos del portafolio de Nissan han contribuido de manera decisiva a este logro. El Altima fue el mejor calificado en el segmento de sedanes medianos, mientras que el Sentra dominó entre los autos compactos. Por su parte, tres pilares del segmento SUV y pickup de la marca —Rogue (X-Trail), Pathfinder y Frontier— se posicionaron entre los tres mejores en sus respectivas categorías, consolidando la solidez del catálogo de la compañía.
Este desempeño no surge de la casualidad. Forma parte de una estrategia definida, en la que Nissan ha colocado al cliente en el centro de sus decisiones, apostando por una mejora constante en la experiencia de propiedad. Desde la integración de tecnologías intuitivas, hasta la mejora de los materiales y la eficiencia en la entrega de producto, cada paso ha apuntado hacia una meta clara: superar las expectativas del consumidor desde el primer día.
Más allá de los números, este logro tiene un valor simbólico significativo. En una industria marcada por la transición tecnológica, el auge de los vehículos eléctricos, la creciente digitalización del habitáculo y la demanda de sostenibilidad, la calidad inicial se ha vuelto una exigencia crítica. Representa la primera impresión, el momento donde el vínculo entre marca y conductor se consolida o se fractura.
El IQS, ahora en su edición número 39, abarca un análisis exhaustivo de 223 posibles problemas, desde el funcionamiento del infoentretenimiento hasta la percepción del confort, el rendimiento dinámico y la calidad de fabricación. En este contexto, la posición de Nissan como líder de calidad en el segmento de volumen no solo refleja consistencia, sino una sintonía cada vez más fina con los estándares reales del mercado.
Este desempeño no solo prestigia a la marca en el presente, sino que proyecta confianza hacia el futuro. A medida que Nissan fortalece su estrategia de electrificación y modernización global, resultados como este refuerzan su promesa de que la innovación puede —y debe— ir acompañada de confiabilidad. La experiencia de los primeros 90 días ya no es solo un indicador: es una promesa cumplida.
