El rugido de los motores eléctricos volvió a estremecer al mundo del automovilismo, y esta vez fue Nissan quien se llevó todos los reflectores. En una temporada marcada por la intensidad, la estrategia y las emociones al límite, Oliver Rowland se consagró Campeón del Mundo de la ABB FIA Fórmula E 2024/25, sellando su título con dos carreras aún por disputarse.
Lo logrado por Rowland no es fruto de la casualidad. Con siete podios y cuatro victorias a lo largo del campeonato, el piloto británico firmó un año brillante, coronado en un fin de semana desafiante en Berlín. Llegaba con una ventaja cómoda, 69 puntos por delante de su más cercano perseguidor, pero las condiciones climáticas extremas y un accidente en la carrera del sábado pusieron a prueba su temple. Una penalización de cinco posiciones en la parrilla del domingo parecía complicar las cosas, pero la madurez y la inteligencia en carrera terminaron imponiéndose.
Partiendo desde la octava posición, Rowland ejecutó una gestión energética impecable, escalando posiciones con precisión quirúrgica hasta finalizar cuarto. Con su rival fuera del top-10, la matemática selló lo que ya se sentía inevitable: Nissan y Rowland son campeones.
El resultado tiene un valor especial para la escudería japonesa. No solo por el título en sí, sino por el simbolismo que encierra. Rowland debutó con Nissan en la primera temporada del equipo en Fórmula E y, tras su regreso, encontró un entorno sólido y competitivo que le permitió brillar. Su título es también el reflejo del crecimiento de una estructura que apuesta por la tecnología, la sostenibilidad y el talento.
En el otro lado del garaje, Sérgio Sette Câmara vivió su primer fin de semana con Nissan en reemplazo de Norman Nato. A pesar de las condiciones adversas y la falta de rodaje en mojado, el brasileño demostró capacidad de adaptación y una actitud combativa. En la carrera del domingo, tras arrancar 21°, remontó 12 posiciones hasta terminar noveno, sumando sus primeros puntos con la escudería nipona y dejando claro que tiene mucho que aportar.
Tommaso Volpe, director del equipo, expresó con emoción lo que representa este logro. La combinación entre experiencia, estrategia y cohesión de grupo fue clave para llevar a Nissan a la cima. Y el camino aún no termina: Londres, casa de Rowland, será el escenario del cierre de temporada, donde el equipo luchará por los campeonatos de Equipos y Constructores.
Lo que ha conseguido Nissan este año no solo es una victoria deportiva, sino una afirmación de su compromiso con el futuro de la movilidad. En una disciplina donde el más mínimo error puede costar caro, Rowland y su equipo demostraron que la constancia, el carácter y la confianza mutua son la verdadera fórmula del éxito. Y ahora, con el título asegurado, el rugido del Trono Eléctrico ya tiene nombre y apellido.