Flying Spur 2020 es una tajante prueba de capacidad sobre el asfalto, un verdadero misil de exquisiteces, adornado por la belleza de la clase Bentley, en una mákina premium que desata una velocidad máxima de 207 mph, convirtiéndose en el sedán más rápido del mundo.
¿Qué lo hace tan capaz? Por supuesto que su furioso motor W-12, la dirección en todas las ruedas y una transmisión de doble embrague de ocho cambios ultrarápidos.
El Bentley Flying Spur usa el mismo motor que su contraparte Continental GT de dos puertas, lo que significa 626 caballos de fuerza y 664 lb-pie de torsión del familiar motor de 6.0 litros doble turbo W-12 de la compañía. A pesar de un peso en el vacío de 5372 libras, el Flying Spur es capaz de moverse a 60 mph en apenas 3.7 segundos. Su velocidad máxima de 207 mph lo convierte en el sedán de producción más rápido que nunca, superando al Alpina B7 de 205 mph.