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El rugido del tridente vuelve a hacerse sentir con fuerza en uno de los escenarios más emblemáticos del automovilismo mundial: el Festival de la Velocidad de Goodwood. Este año, Maserati no solo exhibe vehículos, sino que presenta una declaración de principios. Desde Módena hasta West Sussex, la casa italiana lleva su herencia de diseño, tecnología y emoción a nuevas alturas con una revelación mundial que promete marcar un hito en su historia reciente.
Entre los protagonistas de esta edición destaca el Maserati GT2 Stradale, la versión homologada para calle del modelo que ha devuelto a la marca su prestigio en los campeonatos de ruedas cerradas. Es el Maserati de combustión más potente jamás construido para pista y carretera, propulsado por el motor Nettuno V6 de 640 CV, capaz de alcanzar los 100 km/h en 2.7 segundos y superar los 320 km/h. Su presencia es tan imponente como su desempeño: carrocería Blu Corse con acabado brillante, fibra de carbono mate, tapicería en Alcántara negra y asientos deportivos en Alcántara Blu. Un bólido que resume precisión técnica y estilo italiano.
A su lado, el GranCabrio luce con elegancia su tono Verde Giada, combinando estética refinada y prestaciones puras. Equipado con un motor Nettuno Twin Turbo de 490 CV, alcanza los 300 km/h y ofrece una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4 segundos. Su interior, en cuero perforado color hielo, con detalles en fibra de carbono y faros LED oscurecidos, redefine el lujo al aire libre sin sacrificar rendimiento ni confort. Es un modelo pensado para quienes entienden que la deportividad también puede ser sinónimo de elegancia atemporal.
Y cerrando con broche de oro, el espectacular MCXtrema, una máquina creada exclusivamente para pista, limitada a solo 62 unidades en todo el mundo. Con 740 CV extraídos al máximo del V6 biturbo, este auto representa el punto más extremo de la filosofía Maserati: diseño sin concesiones, potencia bruta y un carácter diseñado para los coleccionistas más exigentes o los apasionados del circuito que buscan emociones al límite. Su color Blue Xtrema es tan exclusivo como su performance.
La participación de Maserati en Goodwood no es meramente estética: los tres modelos protagonizarán el legendario Hillclimb, ese desafiante tramo de casi dos kilómetros que serpentea entre árboles centenarios, curvas técnicas y muros de pedernal. Un ascenso de 100 metros que pone a prueba incluso a los conductores más experimentados y que este año será conquistado con estilo italiano, precisión milimétrica y espíritu competitivo.
Así, Maserati no solo reafirma su legado, sino que lo proyecta hacia el futuro con una propuesta que combina potencia, exclusividad y una belleza que solo puede nacer donde la ingeniería se encuentra con el arte.
