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Ante una posible reestructuración de su alianza con Nissan, las acciones de Renault han subido más de un 8% en París y se anotaron otro 5% en días consecutivos. El fabricante francés de vehículos estaría estudiando la posibilidad de que Nissan aumentara su peso en la alianza que mantienen desde el 2001. De este modo, Carlos Ghosn, Presidente tanto de Renault como de Nissan, reconocería el peso que está teniendo en los últimos balances del grupo.
Y, por otra parte, con esta acción lograría además contentar a los japoneses que se vieron agraviados en mayo pasado cuando el Gobierno francés ejerció la Ley Florance por la que un accionista de una empresa francesa en caso de mantenerse en el accionariado durante dos años podría duplicar sus derechos de voto en el Consejo sin necesidad de aumentar su participación en dicha empresa.
No obstante, el Estado francés elevó su participación en Renault del 15% al 19.75% para volver apenas unas semanas después a una participación del 15%. Hay que tener en cuenta que Nissan tiene la misma participación que el Gobierno francés en Renault pero con una salvedad: no tiene ningún derecho de voto en el Consejo directivo de la francesa.
Si bien, Nissan aceptó en el 2001 las condiciones impuestas por los franceses; ahora han cambiado las cosas. Hace 15 años Nissan estaba al borde de la bancarrota. Ahora es la japonesa quien ha sustentado los números de Renault junto con Dacia durante la crisis económica. Sin ir más lejos, en el primer trimestre fiscal de este año 2015, Nissan aportó a la cuenta de resultados del grupo Renault 494 millones de euros, unos 556 millones de dólares, gracias al 44% que tiene la francesa en el accionariado de la japonesa.
Sin que Carlos Ghosn, ni fuentes de Renault, ni de Nissan confirmen la posible reestructuración del capital de la alianza, las acciones de la firma francesa en el parqué bursátil parisino suben en dos días 10 euros (11.25 dólares) y ya cotizan por encima de los 75 euros (84.4 dólares). Además, Ghosn contaría con el beneplácito de Daimler. El grupo alemán propietario de Mercedes-Benz es el último en llegar a la alianza y que tiene un 3.1% del accionariado de Renault y otro 3.1% del de Nissan.
