Es una suntuosa limosina de colección, aunque hoy nos pueda dar un ligero aire de carroza funeraria. Se trata de un clásico Chrysler Town & Country Limo del 1946, que en los tiempos dorados perteneció a John D. Rockefeller Jr., que ahora va a subasta. Entre otros detalles lujosos, tiene puertas traseras enfrentadas, o suicidas, como dice el argot, más doble capota, ventana divisora, calentadores dobles, espejos de vanidad, cromo por toneladas y un montón de detalles en madera. Bajo el kilométrico capó reposa un aparatoso motor lineal de ocho y transmisión hydromatic de tres velocidades, que fueron cuidadosamente restaurados también. A juzgar por la historia de esta mákina y su condición actual, seguramente no será vendida como baratija