Desde el 2010, SpaceX ha estado poniendo en órbita algunos satélites y mandando recursos a la Estación Espacial Internacional con su imbatible Falcon 9. La mega-empresa irrumpió en el mercado gracias a sus precios más bajos gracias a la reutilización de muchas partes de sus cohetes. Según la compañía, cuesta 62 millones de dólares poner en órbita un Falcon 9 y el nuevo Falcon Heavy 90 millones.
El nuevo Falcon Heavy, que aún espera a ver si las partes que deben volver a la Tierra para ser reutilizadas llegan en perfectas condiciones, y el éxito de su lanzamiento permitirán a SpaceX competir por contratos para lanzar satélites. Además, algunos expertos aconsejan a la NASA empezar a usar estos cohetes antes de gastarse millones y millones de dólares en sus propios cohetes.
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