Toyota es un compromiso contundente con la calidad, lo que anticipa continuos saltos cuánticos en la mejora de su liderazgo y avanzada competitividad en todos los mercados del mundo. Su objetivo de producir vehículos con la mayor confiabilidad queda plausiblemente demostrado con la fuerte participación de la firma en todas las categorías, que en muchos sentidos su postura de gigante dicta el camino a toda la industria automotriz.
El carácter juvenil, inquieto y divertido del Agya hace acopio de la flexibilidad de la nueva arquitectura global de Toyota (TNGA) para el desarrollado de vehículos en áreas clave del diseño, el rendimiento y la dinámica, permitiendo ofrecer un producto óptimo dentro de un segmento en efervescente ebullición, como es la categoría compacta.
Para el año 2050 habrá 10,000 millones de habitantes en el planeta y dos tercios vivirán en las ciudades. Esta previsión anuncia que para el 2030 existirán más de 40 centros urbanos con más de diez millones de habitantes, donde el auge de las ‘mega-urbes’ dará paso a la edad dorada de los vehículos compactos. Por ejemplo, un 35% todos los nacidos en este 2018, unos 90 millones de personas, potencialmente estarán aptos de manejar su primer auto propio hacia el 2040, con un compacto casi siempre como su primera opción de compra, como de hecho está el ejemplo de un mercado tan complejo y exigente como el europeo.
Como todo líder global, el vuelo de Toyota remonta alturas para ampliar su presencia también entre los grandes públicos emergentes en todos los mercados, ofreciendo esta nueva mákina que brinda un rendimiento sorprendente, renovando de paso el pionerismo del consorcio hacia los nuevos desafíos que demanda la explosión demográfica, la economía mundial y las exigencias medioambientales.
El nuevo Toyota Agya es un golpe de impacto inusual que representa la determinación del emporio nipón en promover una mayor libertad estilística e incentivar la creatividad a lo interno de la marca, a fin de lograr diseños llamativos y mayores logros en la innovación.
Divertido a primera vista, el Agya encarna los valores propios de ser joven: ágil, entusiasta y urbano. Su frontal está empoderado de grupos ópticos de vistosa asimetría, mientras su parrilla se entiende con el aire con sobrada amplitud, exhibiendo con orgullo su emblema Toyota en grande sobre una firme signatura de metal. El detalle de los alegres halógenos es un golpe de estilo que no pasa desapercibido. El aire refrescante de todo el conjunto y su dinámica naturaleza hatchback sellan su inspirada genética Toyota, con el detalle de su amplio spolier con luz de freno que contribuye a su actitud despreocupada.
Dotado de un trazado en dinámica de elementos, el volante con controles de audio anticipa un tablero que satisface a primera vista. Su pantalla central táctil multimedia con Bluetooth, cámara de retroceso y puerto USB.
Por la forma como ha administrado el espacio interior, el nuevo Toyota Agya ofrece vistosa comodidad para sus cinco pasajeros, especialmente en las plazas traseras. La ‘mAgya’ de esta mákina aumenta con su amplio espacio de carga, como una de sus ‘mayores prestaciones’ de serie.
El nuevo Toyota Agya se sirve de su eficiente ‘tres cilindros’ de 1.0 litros con nuevo sistema variable de válvula inteligente (VVT-I), que favorece la calidad del desplazamiento, brinda mayor eficiencia, alto rendimiento y bajas emisiones, asociado a una transmisión automática de 4 velocidades.
Al tomar el volante del Agya personalmente me anima un sentimiento de juventud. A 360 grados, sumados o multiplicados, restados o divididos, arroja el primer carro perfecto. Me imagino con mis cuatro panas de la universidad disfrutando cómodamente el trayecto. Esta pequeña gran mákina a 3 cilindros da carretera, playa y diversión, empoderado de la percepción de “peso completo” de ser un imbatible Toyota.
Tres valores indisputables resaltan por encima de todo lo que ostenta el modelo: uno, la seguridad, siendo un privilegiado con cuatro estrellas, condición imprescindible para cualquier padre a la hora de hacer su decisión de compra, ya sea para su joven familia o para su hijo; dos, su equipamiento de serie y tres: su asombroso rendimiento, que de acuerdo a las pruebas de Delta Comercial rinde en trayecto combinado, unos 70 kilómetros por galón. Pero yo le agrego un cuarto punto: su sello Toyota… que no necesita explicación.
La Fundación Mobility de Turing y Toyota están colaborando para modernizar la planificación de la ciudad del mañana y su desafiante gestión del tráfico, a fin de alcanzar la optimización del flujo dentro de los sistemas de movilidad. Conceptos compactos como el Agya son piezas del gran rompecabezas de la firma nipona que se anticipa a las complejidades futuras. Las condiciones harto cambiantes de la vida urbana exigen revisar una y otra vez los patrones de movilidad, descartando los sistemas existentes que ya no pueden seguir el ritmo y adaptarse a las nuevas necesidades en entornos urbanos. Estas ideas prorrumpen en esa dirección con el Agya, como auto para las generaciones emergentes en complicidad con los retos viales, bajo el poder de un líder gigante como Toyota, que luce vibrante de juventud en Delta Comercial.