En clara actitud de líder que tiene control del futuro, Toyota Motor convocó a 350 de los más grandes pensadores del mundo para explorar la transformación urbana y las formas de aprovechar el poder de la tecnología a fin de mejorar la calidad, seguridad y sostenibilidad de la sociedad mundial. Esa colosal determinación de marca se trasmina puntualmente a sus modelos de serie para arroparlos de lo último en movilidad, diseño y rendimiento, como el Toyota Corolla.
Impone respeto recordar que por siete años consecutivos Toyota se ha mantenido como la marca automotriz más valiosa del mundo, de acuerdo con el estudio que la consultora Millward Brown. La firma japonesa ocupa esta posición con un valor de marca de 29,600 millones de dólares, con un respetable incremento del 21% en comparación con el año anterior.
Eso se llama ‘poder de líder’, que es capaz de invertir en alta investigación explorando todas las posibles tecnologías de propulsión, donde los híbridos han sido hasta ahora la gallina de los huevos de oro para el team de ‘Don Akio’, que por cierto figura en el puesto No.44 del Ranking de los más influyentes del mundo según Forbes.
Marcador de tendencias globales, Toyotase tornó relevante en cuestión de poco más de una década desde sus comienzos de vocación global en 1964. Al principio, más del 90% de los autos que se vendían en Asia eran principalmente Corolla. Luego el mundo entero lo adoptó, una vez que superó su percepción de auto barato japonés a la de ser un vehículo de máxima garantía al menor costo. De esa forma el modelo escaló el tope de las ventas en el mundo, como un fenómeno capaz de crear un nuevo epicentro dentro la industria, surgiendo como un dos puertas de motor pequeño de 4 cilindros y 60 caballos. A base de constancia samurái, el Corolla se transformó en mito, aportando al mundo arte de masas sobre ruedas. ¿Qué probó este líder? Que a pesar de ser un carro pequeño de comenzó costando sólo 1,800 dólares, era capaz de convencer al planeta por su excelente calidad.
Su más reciente cambio de aspecto le abonó mucha actualidad, con algunas proteínas de diseño que le aumentaron el tamaño. El frente del Corolla oscila entre audacia y aventura, mitad juvenil mitad ejecutivo, esbozando un manejo de volúmenes modernista y apasionados… este es el punto, Toyota ha superado niéveles de calidad casi inalcanzables para darse el lujo de crear ya no solo modelos funcionales sino abiertamente emotivos.
El segmento superior de su parrilla, flanqueado por ledes de intrépido trazado suma emocionantes notas de diseño, estableciendo un llamativo contraste con la ‘voraz’ toma de aire inferior de registro corpulento y aerodinámico, encargada de definir la nueva fisonomía ‘corollina’. Dos esferas halógenas prensadas entre cuadriláteros mate complementan su carisma. Su perfil desenvuelto y la grácil elevación del cristal trasero estilizan su silueta, esculpida para cautivar con dialecto innovador. Atrás se impone la geometría de sus vigorosas ópticas de lenguaje genuinamente Toyota. Aunque su parte posterior ha evolucionado al cabo de siete generaciones, conserva ese mismo aire de familia que convirtió el metal en simpatía y al Corolla en el sedán de la humanidad.
Cuando Toyota vislumbró la idea de hacer de un auto un mega-producto, desarrolló un concepto de inédita hospitalidad en el habitáculo del Corolla, creando un nuevo santuario de emoción y clase al alcance de mayorías. En la ‘orfebrería’ del actual Corolla captamos esa misma visión en su perímetro amigable, enérgico y jovial, sintetizando un vivaz estilo contemporáneo al que muchos buscan asociarse, por los abundantes detalles de serie de que dispone. Por estar diseñado para compartir, todos sus elementos sugieren mucha familiaridad, entusiasmo y libertad: volante, tablero, indicadores y ambiente en general. Los elementos de serie son los de un auto popular pero con clase, desbordando límites prestacionales. El encendido por botón es un de las nuevas ‘chispas’ tecnológicas del modelos disponible en la Delta Comercial, con excelente tecno-ciencia a bordo, con pantalla y toda la sónica disponible en la categoría como Radio AM/FM CD /USB y iPod Ready. La placentera ergonomía al acomodarse en sus asientos, son algunas de sus competencias más tradicionales.
La ingeniería de la combustión interna ha avanzado mucho en el ciencia de Toyota. Sus logros mecánicos propugnan por ir al frente en rendimiento, amén que sus investigaciones en movilidad se diversifica en numerosas respuestas mecánicas en todos sus modelos con gran sentido de anticipación, como ha ocurrido con el Corolla en el curso de sus generaciones con casi cincuenta años de trayectoria. Para el presto avance del reconfigurado modelo se encarga su compacto motor de gasolina 1.8 litros a cuatro cilindros, con 138 caballos de poder, asociados a su transmisión automática CVT de 7 velocidades, con una visión de economía que ha transformado a la marca en lo que es: la marca más poderosa de la industria.
Una de las más grandes autopistas que conducen al futuro es propiedad exclusiva de Toyota, sólo basta considerar su revolucionaria propulsión a hidrógeno a punto de ser acoplada en un innovador vehículo de serie de próxima aparición, con las soñadas cero emisiones en el horizonte del coloso japonés. Su asombrosa pila de hidrógeno, es un salto cuántico que sintetiza el innovador impulso de la marca. Incluso, un impensable vehículo volador está también en agenda, donde los prototipos ya desarrollados tienen el estilo de los aerodeslizadores o ‘eli-autos’, un concepto tentador que adoptarán los primeros Toyota de la troposfera. Ese es un pensamiento de marca visionario, parte del proceso diario del consorcio, justo como su emblema: tres elipses que se interceptan, donde la más grande alude su alcance global, la elipse vertical personifica el cliente, en tanto que la superior representa sus productos. El modelo del presente análisis es el perfecto reflejo de su logo: es un auto del mundo, más que de Aichi, con décadas de avance que millones de usuarios disfrutan, compran o recompran… un modelo estelar de Toyota siempre Confiable y Carismático… con la C grande de Corolla.