Un inglés que casi ha raptado la bandera a cuadros, dueño de una ´fórmula´ imbatible de triunfos al volante, obtuvo limpiamente y sin contratiempos, el Gran Premio de Canadá. Pese al casi “monopolio” establecido por su demoledora trayectoria en la actual temporada, la audiencia no menguó en su delirio, convirtiendo al Gilles Villeneuve montraleño en un circuito de baños de champagne. Hamilton tomó el control de la carrera de principio a fin, rompiendo la meta por delante de su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg, y del finlandés de Williams Valtteri Bottas, segundo y tercero respectivamente.
De esta forma, el británico ha apilado en su monoplaza una cuarteta de triunfos en siete carreras de la actual temporada, que luce inalcanzable, siendo la cuarta vez en su récord profesional en que el triunfo en Canadá lo hace suyo. De esta forma, el británico suma 151 puntos y amplía su ventaja al frente de la clasificación de pilotos con respecto a Rosberg, que es segundo, con 134.