Así se las gasta el gigante sueco, con inversiones a lo Thor para los próximos cuatro años de hasta 11,000 millones de euros. ¿En que se gastarán ese mazo de cuartos? Lógicamente que en el lanzamiento de nuevos productos, en el ámbito de la innovación tecnológica y sus ambiciosos planes de mejora en otros ámbitos de la marca sueca.
La firma automovilística escandinava, controlada por el fabricante chino Geely, ha señalado que el actual ejercicio será de crecimiento y, bajo esa premisa, se ha confeccionado este montante inversor. Hakan Samuelson, el presidente ejecutivo de la marca sueca, indicó que el resultado de los trabajos realizados desde su renovación administrativa por parte de Zhejiang Geely Holding en 2010 se mostrará en 2014. En lo que se refiere a 2013, Volvo Cars entregó 427,840 unidades, un 1.4% más que el año anterior.
El modelo más vendido fue el XC60, con 115,000 unidades, por delante del V40, con 100,000. Samuelson aventuró que el resultado económico del ejercicio debería ser de beneficios pese a que en la primera mitad del año fiscal perdió 64.75 millones de euros.
Volvo ha iniciado el desarrollo de una gama de modelos pequeños que se fabricarán en China y, algunos, también en Europa, a medias con Geely. Se estudia su exportación a los mercados tradicionales de la marca desde China. Volvo tiene ya una fábrica de ensamblaje en aquel país y en lo que queda de año iniciará la fabricación en otra nueva y en una planta de motores.
Los planes de Samuelson han sido refrendados por Li Shufu, el presidente de Geely y, por tanto, propietario de la marca. En 2014 se lanzará la nueva generación del modelo XC90, que contará con la nueva plataforma de arquitectura modular. Su diseño se ha dejado entrever en el prototipo XC90 Concept que se mostró en el Salón del Automóvil de Detroit.