Desde su creación, el Aston Martin Bulldog Concept 1980 quiso ser distinto a todos, incluso a sus hermanos dentro de la marca británica. Además de contar con un diseño revolucionario, con cinco faros al centro y el motor ubicado en la parte central del carro, sería un auto exótico y de edición limitada… sería nada menos que el cupé más veloz jamás creada.
A pesar de que los ingenieros aseguraron que podían llevarlo a una velocidad máxima de 237 mph, el Aston Martin Bulldog no logró cumplir la prueba y se quedó sin fuerzas al alcanzar los 191 mph.
Tras asumir el mando de la compañía en 1981, Victor Gauntlett decidió finalmente eliminar el proyecto al no obtener los resultados deseados y el Bulldog quedó abandonado por su propio dueño.
Sin embargo las fallidas pruebas y descarte en su época no lo dejó en el olvido y los ingenieros creadores decidieron que ya era hora de renovarse y volver a intentar que obtenga el tan merecido reconocimiento en lo que hubiera sido el automóvil más rápido del mundo en el 1980.
Tras 18 meses en que ha estado restaurándose con “tecnología clásica”, el Aston Martin Bulldog Concept quiere volver a demostrar que puede superar la barrera de las 200 mph.
A cruzar los dedos y sólo nos resta ver si por fin se consiguen los soñados laureles… aunque sea cuatro décadas más tarde a su creación.