Atrás
Sigue la Pasión... Síguenos
¿Alguna vez se preguntó cuál puede llegar a ser el automóvil más largo del universo? Es mérito recaía por mucho en una limusina realmente extravagante y kilométrica, que se sabe dónde comenzaba pero resultaba difícil saber dónde estaba el baúl de tan larga que era. Este estrambótico transporte fue algo de récord necesariamente, que en su momento Guinness certificó con bombos y platillos. La mákina con alma de serpentina fue construida en California por el entonces gurú de las mákinas personalizadas, Jay Ohrberg, alcanzando los impresionantes 100 pies de largo, certificado como el vehículo más largo del mundo a mediados de los 90, que contaba con 26 ruedas, un jacuzzi, trampolín, cama de agua extra grande, e incluso un helipuerto.
Este interminable “Sueño americano”, ese era su nombre, fue una locura en movimiento, que por el sólo hecho de tener jacuzzi ya era algo descabellado, pero al contar con helipuerto, la locura se disparó sencillamente hacia otro mundo. La cabina del conductor estaba separada del resto, necesario para la privacidad de los negocios. Como era de esperarse, este auto de película y su longitud no eran legales, las fotos de época muestran que la ‘makinita’ era modular y desmontable por la mitad, para poder remolcarlo en camiones desde cualquier punto.
Hoy el vehículo es chatarra pura, abandonado en un almacén de Nueva Jersey, pero volvió a reaparecer en el 2012, en una subasta de salvamento, clamando reparaciones importantes que no se veían nada promisorias. Sin embargo, la historia ha dado un giro positivo. En 2014, el Museo Autoseum Automotriz Enseñanza de Nueva York anunció que la limusina “Sueño americano” había sido adquirida y será utilizada para ayudar a enseñar a los estudiantes a solucionar, construir y fabricar automóviles. Dado su tamaño, sin embargo, este proyecto de restauración puede llevar algún tiempo.
