En un mundo automotriz en constante evolución, donde las marcas luchan por captar la atención de un consumidor más informado, exigente y emocionalmente conectado con su vehículo, la GWM Tank 500 irrumpe como una declaración audaz de lo que significa el lujo moderno. Este SUV de gran tamaño no solo representa la evolución de Great Wall Motors, sino también una visión muy clara: redefinir lo que puede ser una mákina premium todoterreno.
Great Wall Motors, el fabricante chino que ha escalado posiciones en la industria global a un ritmo vertiginoso, lleva décadas perfeccionando su dominio en vehículos robustos y bien equipados. Su marca Tank, lanzada como una submarca especializada en SUV de lujo y orientación todoterreno, ha logrado crear una identidad sólida en tiempo récord. Con la Tank 500, GWM consolida su propuesta de valor: ingeniería confiable, diseño vanguardista y un paquete tecnológico comparable —y en muchos casos superior— a marcas tradicionales de lujo.
La GWM Tank 500 se posiciona en un segmento altamente competitivo, enfrentando a gigantes como la Toyota Land Cruiser Prado, la Jeep Grand Cherokee y la Ford Everest. Sin embargo, lo hace con una propuesta diferenciadora: un diseño musculoso pero refinado, un interior que respira sofisticación y un tren motriz que no solo empuja fuerte, sino que lo hace con inteligencia.
A primera vista, la Tank 500 impone. Con 5.07 metros de largo y una parrilla frontal cromada de gran tamaño con barras verticales al estilo clásico americano, esta mákina transmite inmediatamente un aire de autoridad. La firma luminosa en LED, tanto en sus faros principales como en las luces diurnas, es precisa y tecnológica, con un diseño que evoca modernidad sin caer en la extravagancia.
El diseño de los pasos de rueda sobredimensionados refuerza la postura musculosa del vehículo, mientras que las llantas de aleación de 19 o 20 pulgadas (dependiendo de la versión) tienen un diseño agresivo, propio de una SUV que no teme dejar el asfalto. La línea de cintura es alta, los espejos retrovisores incorporan cámaras periféricas, y los detalles cromados en las manillas y marcos de las ventanas añaden un toque premium sin ser ostentosos.
En su parte trasera, el portón lleva un diseño limpio y robusto, con luces LED alargadas y un portaneumático integrado que rinde homenaje a las SUV todoterreno clásicas. Todo está pensado para combinar elegancia y funcionalidad en un solo lenguaje de diseño.
Una vez dentro de la GWM Tank 500, el mundo exterior se desvanece. Todo en el habitáculo está cuidadosamente diseñado para ofrecer una experiencia sensorial envolvente. Desde los materiales hasta la tecnología, el interior de esta mákina es un manifiesto de cómo el lujo puede ser moderno, funcional y emocional al mismo tiempo.
Los asientos están revestidos en cuero Nappa de alta calidad, con costuras visibles y ventilación tanto en las plazas delanteras como en las traseras. El asiento del conductor cuenta con ajuste eléctrico de 12 posiciones y función de masaje. El panel de instrumentos digital de 12.3 pulgadas es totalmente personalizable y se combina con una pantalla central táctil de 14.6 pulgadas que controla el sistema de infoentretenimiento.
Este sistema multimedia es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, ofrece navegación GPS con mapas en 3D, y se complementa con un sistema de sonido premium Infinity de 12 bocinas que convierte cada trayecto en una experiencia acústica digna de una sala de conciertos.
La conectividad no se queda atrás: puertos USB-A y USB-C para todas las filas, cargador inalámbrico para smartphones, conexión Bluetooth para múltiples dispositivos, Wi-Fi hotspot integrado, y un sistema de reconocimiento de voz inteligente que permite controlar climatización, medios y navegación con comandos naturales.
Un detalle exclusivo: el sistema de purificación de aire con ionizador y detección de partículas PM2.5 —ideal para ciudades con alta contaminación— y una iluminación ambiental configurable en múltiples colores que transforma el ambiente a gusto del conductor.
Debajo del capó, la GWM Tank 500 está impulsada por un potente motor V6 biturbo de 3.0 litros, capaz de generar 349 caballos de fuerza y 500 Nm de torque. Esta fuerza bruta se gestiona con una transmisión automática de 9 velocidades (9AT), desarrollada internamente por GWM, que ofrece una transición de cambios suave y eficiente.
La mákina acelera de 0 a 100 km/h en aproximadamente 7.3 segundos, cifras destacadas para un vehículo de más de 2.4 toneladas. Pero más allá de la velocidad pura, lo que realmente impresiona es la suavidad de su respuesta, el equilibrio entre potencia y confort, y la manera en que la suspensión adapta su comportamiento tanto en ciudad como en terrenos exigentes.
La Tank 500 está equipada con un sistema de tracción total inteligente, con modos de manejo seleccionables para distintos escenarios: arena, barro, nieve, rocas y modo sport, entre otros. Además, incluye un diferencial trasero bloqueable, lo que le otorga una capacidad todoterreno real, y no meramente estética.
La eficiencia también ha sido considerada: gracias a su sistema de gestión térmica inteligente y tecnologías de ahorro de combustible, logra consumos razonables para su categoría, sin sacrificar poder.
GWM no vino a jugar. Con la Tank 500, la marca se posiciona como una alternativa real —y muy competitiva— en el segmento de las SUV de lujo. Su combinación de diseño imponente, tecnología de vanguardia, interiores refinados y un tren motriz de altas prestaciones, hacen que esta mákina sea una elección lógica para quienes buscan algo diferente, emocionante y profundamente bien construido.
En MAKINAS sabemos que nuestros lectores valoran mucho más que una ficha técnica. Buscan emociones, carácter, autenticidad. Y en ese sentido, la GWM Tank 500 no solo cumple, sino que supera expectativas. No es solo una SUV: es un símbolo de lo que significa avanzar con estilo, sin dejar atrás el poder.