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A mediados de la década de 1990, un estudio que encargó Hans Riedel, responsable de Ventas de Porsche AG, demostró que por sí solos, el legendario 911 y el Boxster no guiarían a la marca hacia un futuro sostenible. La solución fue ampliar el rango de público llevando la esencia de la marca a otros segmentos. Pensar en un nuevo Porsche capaz de llevar a la familia a lugares lejos del asfalto y seguir siendo Porsche era una locura. La respuesta fue visionaria y hoy se conoce como Porsche Cayenne.
Anton Hunger, responsable de Comunicación en la época de Wendelin Wiedeking, Presidente del Consejo Directivo de Porsche AG en los años 90 sostuvo que “era evidente que los autos de dos puertas plantean ciertos límites en el mercado. La división de Ventas lo había dejado bien claro mediante estudios de mercado. A la larga, Porsche habría terminado nuevamente cuesta abajo”.
Es así como a finales de los 90 empezaron los rumores sobre la llegada de un SUV a la gama de Porsche. Bueno, todavía en ese instante no se les denominaba SUV y cuándo se anunció en 1998, no se utilizó su nombre definitivo, solo se anunció como un “vehículo deportivo y todoterreno”.
Hoy en día, Porsche Cayenne es una referencia para los competidores. Un modelo absolutamente versátil. Pero no solo eso, es uno de los vehículos que actualmente todo el mundo quiere y que se encuentran entre los más vendidos.
Alianza de Titanes
Porsche empezó a buscar un socio para desarrollar un auto completamente nuevo perteneciente al segmento de los SUV. Mercedes-Benz que debía lanzar el Clase M en 1997, no se opuso a que Porsche se uniera al proyecto.
“A mediados de la década de 1990, el monovolumen era un tipo de vehículo especialmente popular entre las familias numerosas con bajos ingresos de Norteamérica. Pero los SUV grandes eran una apuesta segura para una clientela más amplia”, dijo Hunger.
La primera generación del Cayenne: un Porsche para toda la familia
Klaus-Gerhard Wolpert, Vicepresidente de la gama Cayenne de 1998 a 2010 dijo que “en ese punto, imaginamos el SUV de Porsche como una variante de altas prestaciones del Mercedes con tecnología heredada del Clase M, pero con un diseño exterior, motores y componentes de chasís propios”.
La cooperación Porsche/Mercedes iniciada en el verano de 1996 avanzaba a buen ritmo, per
o fracasó a finales de año por desacuerdos sobre la relación económica de las dos empresas.
Porsche necesitaba un nuevo socio y se encontró uno en Wolfsburgo. El presidente del Consejo Directivo de Volkswagen, Ferdinand Piëch, nieto del fundador de la compañía Porsche, Ferdinand Porsche, reconoció el potencial de la asociación aunque las marcas no eran del mismo grupo.
“Porsche presentó el concepto a Volkswagen y Ferdinand Piëch decidió que un automóvil como este podría encajar también en la marca que dirigía”, dijo Wolpert.
En junio de 1997 tomaron la decisión de unir fuerzas para diseñar el Cayenne y el Touareg sobre la plataforma de Porsche, dentro del proyecto llamado internamente ‘Colorado’. Poco menos de un año después fue hecho público, si bien al inicio el nombre Cayenne permaneció en secreto. Porsche estuvo a cargo del desarrollo, mientras que Volkswagen asumiría la responsabilidad de la producción del nuevo SUV. Había partes visiblemente idénticas, como las puertas, y los interiores eran muy similares. Sin embargo, los socios tomaron caminos distintos en lo que respecta a otros componentes importantes.
Capacidades por dentro y fuera de la carretera
El Cayenne tenía que marcar una nueva referencia tanto dentro como fuera del asfalto. “Nosotros teníamos claro que si hacíamos un vehículo todoterreno, debía ser absolutamente convincente allá donde acaba la carretera”, dijo Hunger. O como lo expresó Felix Bräutigam, entonces Director de Comunicación de Marketing de Porsche: “El Cayenne ofrece una experiencia de conducción increíble, independientemente de la superficie”.
Prototipo del Cayenne en fase de pruebas
Wolpert les solicitó a los ingenieros de su división que entregaran sus vehículos Porsche y que a cambio conducirían varios SUV y modelos todoterrenos diferentes, tales como: el BMW X5, el Ford Explorer, el Jeep Grand Cherokee o el Mercedes Clase M.
Al principio el equipo de Wolpert puso resistencia, sin embargo, fueron conscientes de factores importantes para identificar cuáles eran las fortalezas y debilidades de los rivales. “Esta fue una de las claves de nuestro éxito”, dijo Wolpert.
Directo a la alfombra roja
Luego de cuatro años de hacer pública la decisión de fabricar el Cayenne, en septiembre de 2002, se celebró su estreno mundial en el Salón del Automóvil de París. Con el Cayenne, el fabricante de vehículos deportivos llegó a nuevos clientes y mercados, aunque hubo fuertes reticencias entre algunos aficionados de la marca.
El 2022 representa 20 años de trayectoria para el Cayenne que, sin lugar a dudas, ha sido uno de los pilares del éxito mundial de la empresa germana. Este modelo sentó la base económica para que Porsche pueda alcanzar un éxito sostenible sin comprometer los valores de deportividad que caracterizan a la marca.
