Mercedes-Benz ha sorprendido con la incorporación de un volante tipo yoke —similar al de un avión o auto de carreras— en algunos de sus más innovadores modelos conceptuales y eléctricos. Este diseño futurista, que rompe con la forma circular tradicional, busca transformar por completo la experiencia de conducción.
Inspirado en la aviación y en vehículos de alto rendimiento, el volante yoke elimina la parte superior del aro para ofrecer una visión más despejada del panel de instrumentos y una sensación más envolvente al conducir. Su aspecto minimalista no es solo una cuestión estética: busca optimizar la ergonomía y generar una conexión más directa entre el conductor y el vehículo.
Mercedes no se ha limitado a cambiar la forma del volante. El yoke-style incorpora controles táctiles integrados, acceso a funciones multimedia, navegación y asistentes de conducción, todo al alcance de los dedos. Esto permite mantener las manos en el volante en todo momento, favoreciendo la seguridad sin comprometer la innovación.
Además, se combina con dirección electrónica (steer-by-wire), un sistema que elimina la conexión mecánica entre el volante y las ruedas, permitiendo ajustes de sensibilidad y respuesta personalizados según el estilo de manejo o el entorno.
Aunque su diseño ha generado opiniones divididas entre puristas y entusiastas de la tecnología, el yoke de Mercedes-Benz es una muestra clara de hacia dónde apunta el futuro de la conducción: una experiencia más digital, intuitiva y centrada en el conductor.
Si bien aún no está disponible de forma masiva en modelos de producción, su presencia en prototipos como el VISION EQXX y otras plataformas eléctricas de próxima generación sugiere que Mercedes está preparando el terreno para una revolución en el puesto de mando del conductor.
Con este movimiento audaz, la firma alemana no solo redefine el volante, sino también la forma en que interactuamos con nuestros vehículos. ¿Estamos listos para soltar el aro y tomar el control del futuro?