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Tras una exigente prueba de más de 10,000 kilómetros desde Berlín, pasando por Moscú, Novosibirsk, Mongolia, Irkutsk y el lago Baikal, durante uno de los rallys más despiadados, el Rallye Transsyberia, el Cayenne demostró cumplir con los más altos estándares que caracterizan para Porsche posicionarse como el mejor.
En 2006, en la tercera edición del Rallye Transsyberia, dos Cayenne S. fueron los primeros de 28 equipos. Para esa competición el ingeniero de Porsche Jürgen Kern y su equipo realizaron pequeños ajustes en las dos unidades de serie: añadieron unos neumáticos todoterreno, un revestimiento completo de los bajos, un filtro de aire tipo snorkel con la toma al nivel del techo, un cabrestante y cuatro faros auxiliares.
En resumen ambos Cayenne S compitieron estando casi de serie y demostraron ser los mejores. Por ende, tras este rotundo éxito, Porsche amplió su programa de competición para clientes, al incluir una serie limitada exclusiva de 26 unidades Cayenne S Transsyberia. Este modelo de deportivo se optimizó específicamente para la participación en rallyes de larga distancia. Los equipos privados iban a utilizarlo para afrontar el Transsyberia de 2007.
Para ese momento, cuando se pensaba que ya eran makinas perfectas se les agregó a los 26 Cayenne de rallye la capacidad de poder estar a una profundidad de vadeo de unos 75 centímetros bajo el agua en el ajuste High Level II de la suspensión neumática. La entrada de aire para el motor se realizaba a través de un snorkel situado en el techo. Los trapecios delanteros fueron reforzados aumentaban 34 milímetros la anchura de las vías. Los neumáticos todoterreno 255/55 R18T fueron homologados para una velocidad máxima reducida a 190 km/h. Además, se le añadieron refuerzos en los bajos de la carrocería y un bloqueo del diferencial, que estaba disponible opcionalmente para los vehículos de producción como parte del paquete off-road.
El Cayenne de rallye también poseía una tecnología antibalanceo que brindaba mayor seguridad en las curvas y aumentaba la capacidad para transitar sobre terreno hostil. Con un motor atmosférico de 4.8 litros, ahora tenía 385 caballos de potencia (283 kW) en lugar de 340 CV (250 kW), y el par máximo había aumentado de 420 a 500 Nm. El V8 consumía menos carburante y también se implementó en el chasis el Porsche Dynamic Chassis Control (PDCC).
En 2007, el Cayenne volvió a triunfar en el Rallye Transsyberia ganando aún más fiabilidad. En total, los Cayenne ocuparon 7 de los 10 primeros puestos.
En 2008, 19 equipos volvieron a participar con los mismos vehículos y el triunfo del año anterior fue superado esta vez tras los más de 7.000 kilómetros. La única innovación fue un neumático todoterreno aún más robusto para las largas pistas de tierra. «No construimos ningún coche nuevo para ello y ni siquiera cambiamos el chasis», recuerda Kern.
En 2009, Porsche conmemoró el éxito del Cayenne S Transsyberia con una edición especial homologada para carretera en la que se construyeron 285 unidades. Visualmente, se asemejaba mucho a las makinas de competición, por sus característicos colores y combinaciones negro/naranja y plata Crystal metalizado/naranja, negro/gris Meteor metalizado y gris Meteor metalizado/plata Crystal. Para esta edición limitada se implementó la suspensión neumática, junto con el Porsche Active Suspension Management (PASM), lo que le proporcionaba una altura libre al suelo de 271 milímetros en el nivel High Level II, pero solo hasta una velocidad de 60 km/h, a diferencia de la versión de rallye. Estaba dotada del motor atmosférico del Cayenne GTS lanzado en 2007. La edición especial también iba equipada con el grupo del GTS, acortado en un 15%. Con la caja de cambios manual de seis velocidades, la edición especial Transsyberia aceleraba de 0 a 100 km/h en menos de 6.1 segundos, medio segundo más rápido que el Cayenne S estandar.
